Analista denuncia que el voto obligatorio en Bolivia confisca un derecho
Américo Salgueiro Casso argumenta que la obligatoriedad anula la soberanía ciudadana. El constitucionalista boliviano expone que esta práctica, vigente desde 1938, distorsiona la democracia al convertir el sufragio en instrumento del Estado.
«El voto obligatorio es un artificio totalitario»
El artículo analiza cómo la imposición del sufragio elimina la facultad de elegir, transformándolo en un deber bajo sanción. Según el autor, esto deriva de la teoría del electorado-función, usada históricamente para restringir derechos: «El ciudadano pasa a ser instrumento del Estado».
De derecho a obligación: 87 años de cambios
Desde la Constitución de 1938, las reformas eliminaron progresivamente el término «derecho» al referirse al voto, sustituyéndolo por «obligatorio». Ejemplos claros son las constituciones de 1961, 1967 y 2009, donde se mantuvo esta lógica bajo regímenes socialistas y populistas.
Las consecuencias: democracia disfrazada
La obligatoriedad ha permitido, según el texto: legitimar gobiernos autoritarios con altos porcentajes de participación, ocultar el descontento ciudadano y perpetuar autocracias. Casos como las elecciones de 1964 (98% de votos para Víctor Paz) ilustran «cómo el sistema distorsiona la voluntad real».
Raíces en la Revolución Francesa
El debate surge de dos teorías contrapuestas: la soberanía fraccionada (derecho individual a votar) y la soberanía nacional (voto como función controlada por el Estado). Bolivia adoptó la segunda, alineándose con regímenes que priorizan el control sobre la libertad política.
Hacia una reforma constitucional
El autor concluye que eliminar el voto obligatorio es clave para recuperar la democracia liberal. Propone revertir esta práctica en futuras reformas, devolviendo al ciudadano su capacidad de decidir libremente.