Chofer fallece tras 35 horas de viaje y espera por diésel en Santa Cruz
Orlando Torrico, de 56 años, sufrió un infarto tras hacer fila para combustible. El conductor llegó de Argentina y murió en el surtidor del barrio Polanco. Sus colegas denuncian la precariedad del sector transporte.
«Media hora después llegó la noticia como balde de agua fría»
Orlando Torrico Molina, conocido como «El Ratón», falleció la mañana del 23 de julio en un surtidor del tercer anillo cruceño. Tras dejar a sus pasajeros en la Terminal Bimodal, hizo fila por diésel y sufrió un infarto agudo de miocardio, según el fiscal Daniel Ortuño. Dejó en la orfandad a una hija de dos años.
Últimas horas de un viaje agotador
El conductor había llegado desde Argentina tras 35 horas al volante. Su último contacto fue una llamada a su esposa cerca de las 06:00. «Iba al baño del bus y no regresó», relató su ayudante. La Policía levantó el cuerpo en horas de la mañana.
Colegas pintan un sistema al límite
Otros choferes describieron a Torrico como «extrovertido y con travesuras», pero alertaron sobre «el estrés de las filas interminables». «En Bolivia no podemos escoger trabajo. Estamos sometidos a esperar diésel», dijo un compañero. La empresa confirmó que el conductor reportó su viaje «normal» media hora antes de morir.
Combustible y cansancio: una mezcla peligrosa
El sector transportista en Bolivia enfrenta escasez recurrente de diésel, con filas que superan las 12 horas. En 2023, la ANH reportó un déficit del 15% en el abastecimiento, aunque autoridades atribuyen el problema a «especulación». Los conductores interdepartamentales son los más afectados por estas demoras.
Un oficio que no da tregua
La muerte de Torrico evidencia las condiciones extremas del transporte pesado. Sin protocolos de descanso obligatorio y con presión por repostar, los choferes acumulan fatiga crónica. Su cuerpo fue trasladado a la morgue judicial de La Pampa de la Isla.