Un polaco instala motor diésel en un Mazda RX-7 para «enfadar a la gente»
Arnold, dueño del vehículo, sustituyó el emblemático motor rotativo por uno de BMW. La modificación, compartida en YouTube, genera división entre puristas y adeptos al tuning. El coche, restaurado con estética japonesa touge, alcanza 270 CV.
«Quería un motor impactante… y lo conseguí»
El propietario, originario de Polonia, compró el Mazda RX-7 FD «solo como chasis», sin motor ni interior. Tras renovar su exterior con fibra de carbono inspirada en el Need for Speed Underground, optó por un 6 cilindros diésel de un BMW Serie 5 E39. «Era barato y fiable», justifica, aunque admite: «Me gustaba enfadar a la gente».
De drift a uso cotidiano
Inicialmente pensado para drift, el proyecto escaló: Arnold aumentó la potencia de 184 a 270 CV, añadió un diferencial BMW personalizado y lo convirtió en un coche «para el día a día». Pese a la polémica, celebra que el chasis «volvió a la vida».
Un icono de los 90 sin su alma
El Mazda RX-7 FD (1991-2002) es un referente de la cultura automovilística japonesa, famoso por su motor rotativo biturbo de 280 CV, su ligereza y su aparición en sagas como Fast & Furious o videojuegos como Gran Turismo. Su sonido, similar al del Mazda 787B de Le Mans, era parte de su identidad.
División garantizada
El proyecto, difundido por el canal Nightride (1 millón de suscriptores), polariza: «Algunos lo aman y otros lo odian», reconoce Arnold. Mientras puristas lamentan la pérdida del motor original, otros valoran la creatividad. El RX-7 sigue rodando, aunque ahora con el rugido de un diésel.