El sistema Start & Stop genera debate por su impacto en el motor
Expertos advierten sobre posibles averías en atascos prolongados. Este sistema, presente en la mayoría de coches nuevos, apaga el motor en paradas para reducir emisiones y ahorrar combustible, pero su uso en verano levanta dudas.
«¿Ahorro o riesgo mecánico?»
El Start & Stop, popularizado en los años 2000, apaga el motor automáticamente en paradas para cumplir con normativas de emisiones. Según la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.), reduce el consumo entre un 4% y un 5%, llegando al 26,4% en atascos prolongados. Sin embargo, su activación constante genera polémica.
Las críticas de los mecánicos
Talleres Ebenezer alerta de que el sistema incrementa el estrés en el motor de arranque y la batería, especialmente en verano. «El aire acondicionado pierde eficacia y la temperatura del motor puede subir», explica un especialista con 300.000 seguidores en TikTok. Además, las baterías AGM o EFB, necesarias para este sistema, son más caras que las convencionales.
Avances técnicos y precauciones
Los fabricantes han refinado el sistema con bombas de agua eléctricas y ajustes en los cilindros para minimizar riesgos. No obstante, medios como Motor.es recomiendan desactivarlo en atascos, ya que los encendidos del motor pueden multiplicarse por 10 durante la vida útil del vehículo, afectando también al turbo.
De los 80 a la actualidad
El Start & Stop surgió en los años 80, pero se masificó con las normativas anticontaminación. Hoy, el 65% de los coches en EE.UU. lo incorporan, y en Europa es casi estándar. Pese a las mejoras, sigue siendo objeto de debate por su impacto mecánico.
Decisión en manos del conductor
Desactivarlo implica un ligero aumento de consumo, pero evita tensiones en componentes clave. Los expertos coinciden en que, aunque los sistemas actuales son más seguros, la elección depende del contexto y la tranquilidad del usuario.