Rumanía excluye a la Iglesia Ortodoxa del ajuste presupuestario
El Gobierno rumano evita recortar subsidios a la Iglesia pese al déficit del 9.4% del PIB. La medida refleja el temor político a su influencia. El presidente Nicușor Dan y el primer ministro Ilie Bolojan lideran el plan de austeridad, presentado el 21 de julio de 2025 en Bucarest.
«Una maratón cuesta arriba»
Rumanía enfrenta el mayor déficit fiscal de la UE, pero la Iglesia Ortodoxa, una de las instituciones más ricas del país, mantendrá sus privilegios económicos. «La clase política teme su poder», destaca el análisis. El Ejecutivo prioriza reducir el gasto público sin afectar a la institución religiosa.
El peso de la ortodoxia
La Iglesia, con gran influencia social, no ha sido incluida en las medidas de austeridad pese a su patrimonio. El presidente Dan, en una entrevista reciente, admitió que «los rumanos perciben injusticia en múltiples niveles», aunque evitó referirse directamente al caso.
Antecedentes: Déficit y descontento
Rumanía arrastra un déficit crónico, agravado en 2024 (9.4% del PIB). Reformas anteriores fracasaron por resistencias políticas y corporativas. La Iglesia Ortodoxa ha mantenido históricamente exenciones fiscales y subsidios estatales, incluso durante crisis económicas previas.
Un ajuste con omisiones
El plan de Dan y Bolojan deja en evidencia los límites del poder político frente a actores influyentes. La decisión podría generar malestar ciudadano, pero refleja el equilibrio de fuerzas en un país donde la religión sigue marcando la agenda pública.