Portugal endurece su ley de inmigración con apoyo de la ultraderecha
El gobierno conservador aprueba restricciones a la reagrupación familiar y exige 10.500€ de saldo bancario. La reforma, respaldada por el partido Chega, marca un giro en la política migratoria del país. Se anunció el 18 de julio de 2025 tras meses de presión por el aumento de residentes extranjeros.
«De puertas abiertas a requisitos estrictos»
El primer ministro Luís Montenegro rompió su promesa de no pactar con la ultraderecha para impulsar la reforma. El Parlamento aprobó el 17 de julio cambios que exigen dos años de residencia previa y comprobante de vivienda para traer familiares. Chega, segunda fuerza política, logró imponer su agenda pese a las críticas de socialistas y liberales.
Medidas clave
Los inmigrantes de excolonias (como Brasil) necesitarán visa y 7 años de residencia para nacionalizarse (antes 5). Se creará una unidad policial para deportar a 34.000 indocumentados. Los hijos de extranjeros nacidos en Portugal ya no obtendrán la nacionalidad automática.
Un país transformado por la inmigración
En 2024, Portugal registró 1,5 millones de extranjeros (15% de su población), cuadruplicando las cifras de 2017. La agencia migratoria AIMA acumula 400.000 solicitudes de residencia sin procesar. La crisis habitacional y la llegada masiva de asiáticos alimentaron el malestar social.
Un giro político con consecuencias
La reforma refleja la creciente influencia de Chega, que controla el 60% del Parlamento junto a los conservadores. Montenegro evitó aclarar acusaciones de corrupción mientras impulsaba estas medidas. Las próximas revisiones incluirán recortes fiscales y ayudas a pensionistas, aunque la migración domina el debate público.