Emperador bizantino provoca derrota al confundir a sus tropas en Anzen
Teófilo abandonó su puesto de mando en plena batalla en el 838, causando el pánico entre sus soldados. El ejército bizantino se desbandó al creerlo muerto, permitiendo la victoria abasí. Este episodio marcó un giro en las guerras árabo-bizantinas.
«El emperador ha muerto»: el rumor que desató el caos
Durante la Batalla de Anzen (actual Turquía), Teófilo cometió un error táctico clave: dejó su posición para reforzar un flanco. Sus 25.000-40.000 soldados, al no verle, asumieron su muerte y «actuaron de manera indisciplinada». La caballería turca aprovechó la confusión para contraatacar.
Fuga bajo la lluvia
El emperador y su guardia lograron escapar gracias a una tormenta que inutilizó los arcos enemigos. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: la retirada bizantina permitió el saqueo de Amorio, ciudad símbolo del imperio, por las tropas del príncipe al-Afshin.
Guerras que moldearon el Mediterráneo
El conflicto entre bizantinos y el Califato Abasí duró 550 años (siglos VII-XII). Estas guerras redefinieron el poder en Oriente Medio, con batallas como Anzen, donde factores psicológicos demostraron ser tan decisivos como las armas.
Una lección militar escrita en niebla
El episodio subraya la importancia del liderazgo visible en combate. Aunque la derrota no fue decisiva para Bizancio, quedó como ejemplo de cómo el miedo y la desinformación pueden derrotar a un ejército desde dentro.