Andrónico rechaza reunión con Arce y pide enfocarse en gestión

Andrónico Rodríguez, candidato de Alianza Popular, descarta encuentro con Luis Arce y cuestiona su rol en la unidad de la izquierda boliviana.
El Deber

Andrónico rechaza reunión con Arce y le pide enfocarse en su gestión

El candidato de Alianza Popular descarta acudir al encuentro por la unidad de la izquierda. La disputa surge tras una encuesta que muestra caída en intención de voto de los exMAS. Ocurrió este viernes en Potosí, horas después de que el presidente convocara a conformar un bloque electoral.

«Él no es candidato, que termine su gestión»

Andrónico Rodríguez, presidenciable por Alianza Popular, respondió con dureza al llamado de Luis Arce: «Él presidente tiene que dedicarse a terminar su gestión, él no es candidato». El mandatario, cuyo periodo finaliza en tres meses, había convocado el 17 de julio a unificar a los frentes surgidos de la fractura del MAS.

Rodríguez toma la iniciativa

El candidato anunció que será él quien convoque a la unidad de la izquierda popular, aunque sin fecha definida: «Vamos a llamar nosotros a todos los sectores sociales y grupos de izquierda». La declaración se produjo durante un encuentro con la prensa en Potosí.

Los números que tensionan al oficialismo

La encuesta de Spie Consulting SRL para EL DEBER reveló que ningún candidato exMAS supera el 10% de preferencia. Rodríguez cayó de 14.69% a 8.26% en un mes, mientras Eduardo Del Castillo (MAS) solo subió a 1.92%. Eva Copa (Morena) también retrocedió, pasando de 1.41% a 1.14%.

Grietas en el bloque histórico

El MAS enfrenta su mayor división desde su fundación. El sector evista, liderado por Evo Morales, ya rechazó la convocatoria de Arce, exigiendo la habilitación del expresidente como candidato. Leonardo Loza, senador afín a Morales, condicionó cualquier diálogo a esa posibilidad.

Unidad en jaque

La incapacidad de articular una estrategia común amenaza con diluir el voto oficialista. Mientras Arce busca liderar la reagrupación, sus exaliados lo relegan y compiten entre sí. La izquierda boliviana enfrenta su prueba más dura ante unas elecciones donde, por primera vez, carece de favoritismo.