Stellantis revisa 200.000 coches por fallos en motores PureTech

Stellantis amplía las revisiones a vehículos con motores 1.2 tricilíndricos, afectando principalmente a Peugeot y Citroën. Los fallos persisten pese a las modificaciones técnicas.
xataka.com

Stellantis llama a revisión a más de 200.000 coches con motores PureTech

La compañía amplía las revisiones a vehículos fabricados entre 2023 y 2025. Los motores 1.2 tricilíndricos, sustitutos de los problemáticos PureTech, presentan fallos en Francia. Las marcas Peugeot y Citroën concentran el 80% de los casos.

«La sombra de los PureTech no desaparece»

Stellantis enfrenta una nueva crisis con sus motores de gasolina e híbridos. Los modelos afectados son versiones modificadas que reemplazaron a los PureTech Gen 1 y 2, ahora con cadena de distribución. Según L’Automobile, el problema persiste en unidades que desarrollan entre 100 y 145 CV. Peugeot lidera las revisiones con 149.157 vehículos, seguida de Citroën (55.000) y Opel (15.000).

¿Qué falla en los motores?

Los defectos originales incluían degradación acelerada del aceite por filtraciones de combustible, lo que dañaba la correa de distribución. Aunque los nuevos motores Gen 3 usan cadena, Stellantis no ha detallado las causas técnicas de las últimas revisiones. Las marcas insisten en que es una medida «preventiva».

De Francia a Europa: ¿llega a España?

El conglomerado no ha confirmado si el problema afecta a otros mercados. En Xataka intentaron obtener información sin éxito. Alfa Romeo, Fiat, DS, Jeep y Lancia también montan estos motores, pero su impacto global sigue sin cuantificarse.

Una década de problemas

Los motores PureTech llevan generando controversia desde 2012. Stellantis amplió garantías y lanzó campañas de reparación en 2022 para evitar demandas. La transición a los Gen 3 buscaba restaurar la confianza, pero las nuevas revisiones sugieren que los ajustes no han sido suficientes.

¿Y ahora qué?

La reputación de Stellantis sigue en entredicho por fallos técnicos recurrentes. La falta de transparencia sobre el alcance real del problema y las soluciones propuestas mantiene en vilo a propietarios y concesionarios.