Vecinos de Madrid sufren cortes y atascos por el soterramiento de la A-5
80.000 vehículos diarios se ven afectados por las obras. Los municipios aledaños piden soluciones tras sufrir interrupciones en servicios básicos y colapso circulatorio. Las obras se extenderán al menos 25 meses, según el Ayuntamiento.
«Sin luz, agua ni Internet»: el coste vecinal
Los barrios de Aluche y Batán han registrado tres incidentes graves en dos meses: un corte eléctrico en 4.600 hogares (12 mayo), rotura de tuberías (19 mayo) y daños en fibra óptica (7 julio). «Es un pequeño infierno», describen vecinos que además enfrentan firme deteriorado y cortes de pasos clave.
El colapso circulatorio
De los 3-4 carriles originales, solo quedan 2 operativos. El desvío de 80.000 vehículos diarios ha saturado calles adyacentes y municipios como Alcorcón o Móstoles. Los vecinos exigen habilitar los terrenos militares de Cuatro Vientos como aparcamientos disuasorios.
De la promesa al caos
El proyecto, inicialmente de 25 meses, se amplió 700 metros hasta la M-40 tras reclamos vecinales. Aunque se promete un resultado similar a Madrid Río (120 hectáreas verdes y revalorización inmobiliaria), los afectados dudan de los plazos.
El efecto dominó
La zona de Cuatro Vientos, con conexión a Atocha en 25 minutos, se ha convertido en punto crítico para autobuses desviados, generando caos en los primeros días. El Ayuntamiento prevé implementar una app para monitorizar el tráfico.
Un túnel con historia
La A-5 era la principal entrada oeste a Madrid, con tráfico denso desde los años 90. Su soterramiento busca replicar el éxito de Madrid Río (2011), que transformó 30 km de ribera en zona verde. Pero la escala actual supera las previsiones iniciales.
Paciencia bajo tierra
Las obras impactan a residentes y usuarios de 11 municipios, con mejoras que solo serán visibles a largo plazo. Mientras, los vecinos enfrentan un día a día con cortes y desvíos, pendientes de que las promesas urbanísticas se materialicen.