Stellantis llama a revisión a más de 200.000 coches por problemas en motores
La compañía amplía las revisiones a vehículos con motores posteriores a 2023. La medida afecta principalmente a Peugeot y Citroën en Francia, aunque otras marcas del grupo también están implicadas. Los fallos podrían derivar de un diseño defectuoso en la lubricación.
«La sombra de los PureTech se alarga»
Stellantis enfrenta una nueva crisis con sus motores tricilíndricos 1.2, sucesores de los problemáticos PureTech. Según L’Automobile, más de 200.000 unidades fabricadas entre 2023 y 2025 han sido llamadas a revisión en Francia. Peugeot concentra el 75% de los casos, seguida de Citroën (55.000) y Opel (15.000). Las marcas insisten en que es una acción «preventiva».
El problema técnico
Los motores afectados, presentes en modelos de gasolina e híbridos (100-145 CV), podrían repetir fallos de lubricación. En los PureTech originales, la mezcla de combustible y aceite degradaba la correa de distribución, causando averías graves. Pese a que Stellantis introdujo correas más anchas y luego cadenas en la «Gen 3», las incidencias persisten.
De Francia a Europa: ¿llega a España?
Stellantis no ha confirmado el alcance en otros países, pero Fiat, DS, Jeep, Alfa Romeo y Lancia también usan estos motores. En Xataka intentaron obtener detalles para el mercado español sin éxito. Algunas fuentes internas aseguran que las revisiones buscan evitar demandas colectivas, como las surgidas por los PureTech entre 2012-2023.
Una década de motores bajo sospecha
Los 1.0 y 1.2 PureTech acumulan denuncias desde 2012 por su diseño defectuoso. Stellantis extendió garantías y lanzó campañas de reparación tras admitir que el aceite se contaminaba con combustible, dañando componentes críticos. La sustitución por motores «Gen 3» pretendía cerrar el capítulo, pero los últimos datos sugieren que el problema no está resuelto.
Consecuencias en la confianza del consumidor
La reiteración de fallos en motores clave impacta en la reputación de Stellantis, que agrupa 14 marcas. Los clientes afectados enfrentan posibles averías costosas y pérdida de valor residual. La compañía, que ya lidia con desafíos en mercados como China, necesita demostrar que esta vez las soluciones son definitivas.