Stellantis abandona China tras quiebra de su empresa conjunta
El tribunal de Changsha declaró en bancarrota a GAC-FCA, poniendo fin a 15 años de operaciones de Stellantis en el mercado chino. La joint venture acumulaba deudas de 1.100 millones de dólares y cinco subastas fallidas. Ocurrió el 15 de julio de 2025, confirmando un proceso iniciado en 2022.
El sueño roto de conquistar el gigante asiático
GAC-FCA, creada en 2011 con una inversión de 17.000 millones de yuanes y capacidad para 300.000 vehículos anuales, cerró tras desplomarse sus ventas un 90% desde 2017. Marcas como Jeep y Fiat no lograron adaptarse a la demanda local, dominada por vehículos eléctricos. «Los motores de combustión fueron su sentencia», señala el texto.
Último intento fallido
En 2022, Stellantis intentó aumentar su participación del 50% al 75%, pero GAC rechazó la propuesta. Las dos plantas de producción quedaron sin comprador, ya que en China prefieren construir fábricas nuevas para coches eléctricos.
De pioneros a retirada forzosa
Jeep fue la primera marca extranjera en fabricar en China (1983), y Peugeot ayudó a fundar GAC en los 80. Stellantis cierra así un ciclo histórico, sumándose a otras empresas occidentales que fracasaron en el mercado chino.
Cuando China cambió las reglas
El mercado automovilístico chino, que supera los 25 millones de unidades anuales, viró hacia la electrificación y la alta competencia local. GAC-FCA, anclada en modelos de combustión, vendió solo 20.396 unidades en 2021, frente a las 200.000 de su mejor año (2017).
El futuro: aliarse en lugar de competir
Stellantis optó por invertir en 2023 en Leapmotor, una firma china de coches eléctricos, para vender sus modelos en Europa. La estrategia refleja la dificultad de las occidentales para triunfar en China, donde la innovación local marca el ritmo.