Quillacollo amplía su penal con nuevos espacios para reclusos
El Centro Penitenciario San Pablo estrena sala de visitas, cocina y baños. La obra, entregada el 17 de julio, busca aliviar el hacinamiento. El Concejo Municipal prometió agilizar el derecho propietario del terreno.
«Mejoramos espacios multipropósito para familias y reclusos»
El Régimen Penitenciario inauguró la ampliación del penal con una cancha deportiva, talleres y bloques renovados. Juan Carlos Limpias, su director, destacó que antes solo había «una casuchita» y ahora hay «ambientes para actividades esenciales». La presidenta del Concejo, Jenny Orellana, aseguró que trabajarán con el Ejecutivo para resolver la propiedad del predio.
Corresponsabilidad en infraestructura
Limpias recordó que la CPE y la Ley 264 obligan a gobiernos subnacionales a colaborar en infraestructura carcelaria. «Los municipios deben participar», insistió, pidiendo materiales para que los reclusos contribuyan con mano de obra. Orellana ratificó el compromiso del Concejo para cumplir la normativa.
De la casucha al penal moderno
El San Pablo pasó de ser una construcción precaria a un complejo con servicios básicos, aunque aún enfrenta sobrepoblación. El acto de entrega incluyó rituales andinos y música interpretada por reclusos, con presencia de autoridades judiciales, policiales y municipales.
Un paso hacia condiciones dignas
La ampliación mejora temporalmente la calidad de vida en el penal, pero persisten desafíos legales y espaciales. La gestión del derecho propietario será clave para futuras obras.