Riesgo país de Bolivia cae 28,6% por expectativas electorales

El riesgo país de Bolivia se reduce a 1.490 puntos, su nivel más bajo en 2025, impulsado por el posible giro político en las elecciones de noviembre.
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Riesgo país de Bolivia cae un 28,6% ante expectativas electorales

El indicador se sitúa en 1.490 puntos, su nivel más bajo en 2025. La mejora responde al posible giro político en las elecciones de noviembre, según Bloomberg. Los bonos soberanos repuntan pese a la frágil situación económica marcada por inflación y desabastecimiento.

«Los mercados apuestan por un cambio de rumbo»

El riesgo país de Bolivia cayó un 28,6% desde enero, ubicándose en 1.490 puntos al 16 de julio, según JP Morgan. «Las expectativas electorales favorecen a candidatos opositores y han generado optimismo en los mercados», destaca Bloomberg. Los bonos soberanos alcanzaron su precio más alto del año, aunque el economista Jonathan Fortun advierte: «Los datos macro siguen empeorando».

La batalla electoral como catalizador

Bloomberg menciona a Samuel Doria Medina (Unidad) y Jorge Tuto Quiroga (Libre) como favoritos en una «elección apretada» prevista para el 17 de agosto. La última encuesta de UNITEL muestra una diferencia de solo 0,6 puntos entre ambos. La crisis económica (23,96% de inflación y desabastecimiento de combustibles) domina el debate electoral.

Bolivia en el contexto regional

Pese a la caída, Bolivia es el segundo país con mayor riesgo país de la región, solo superado por Venezuela (19.423 puntos). Ecuador (852 puntos) y Argentina (748 puntos) presentan indicadores más bajos.

Una economía en cuidados intensivos

Bolivia enfrenta una inflación interanual del 23,96% hasta junio y dependencia estatal en la importación de combustibles subsidiados. La conflictividad social y política agrava el escenario, aunque los mercados reaccionan positivamente al posible cambio de gobierno.

El futuro se juega en las urnas

La reducción del riesgo país refleja expectativas de estabilidad, pero la fragilidad económica persiste. Las elecciones de noviembre definirán si el optimismo financiero se traduce en soluciones concretas para los bolivianos.