NASA y JAXA prueban en Japón la firma sónica «silenciosa» del X-59
El avión experimental busca reducir el boom sónico a un leve «thump» perceptible desde tierra. Las pruebas clave se realizaron en un túnel de viento supersónico de la agencia japonesa JAXA en Chofu, usando una maqueta a escala del 1,62%.
«Medir el silencio» con precisión quirúrgica
La NASA necesitaba validar con máxima exactitud la huella acústica del X-59, diseñado para volar a Mach 1.4 sin generar el clásico estruendo. «No basta con simulaciones: requeríamos datos consistentes en condiciones reales», explica Melissa Carter, responsable del proyecto. Por ello, repitieron las pruebas en el túnel de JAXA, tras realizarlas previamente en Ohio (EEUU).
Colaboración transpacífica
El acuerdo NASA-JAXA (2020) permitió compartir metodologías y comparar resultados. La maqueta de 50 cm se sometió a flujos de aire que replicaban la velocidad de crucero. «Incluso pequeñas variaciones entre túneles refuerzan la certeza de los datos», destacó Carter.
Tecnología japonesa clave
El túnel de JAXA en Chofu, con una sección de 1×1 metro, es ideal para modelos a escala reducida. JAXA también beneficia su programa Sky Frontier, al contrastar sus diseños con los de la NASA.
Un avión que redefine el supersónico
El X-59 distribuye las ondas de choque para evitar el boom sónico, transformándolo en un sonido 30 veces menos intenso. Su éxito podría reabrir la aviación comercial supersónica, prohibida en tierra desde 1973 por el impacto acústico.
Cuando el ruido era un muro
El vuelo supersónico comercial quedó relegado tras la prohibición de los Concorde por sus estruendos. La NASA busca ahora demostrar que la tecnología puede superar esa barrera, con un diseño que prioriza la disipación controlada de ondas.
El futuro suena a «thump»
Los resultados de las pruebas en Japón y EEUU consolidan el camino hacia regulaciones más flexibles. Si el X-59 cumple su promesa, podría cambiar no solo la ingeniería aeronáutica, sino también los estándares internacionales de ruido.