Megabill de Trump genera crisis presupuestaria en estados gobernados por ambos partidos
Hasta 20 gobernadores enfrentan recortes federales en salud y alimentos antes de las elecciones de 2026. La ley republicana traslada costos a los estados, afectando programas sociales y poniendo en riesgo hospitales rurales. Demócratas planean usar el tema en campañas.
«Un mundo de dolor para los gobernadores»
La megabill firmada por Donald Trump recorta $11 mil millones en Medicaid y SNAP, obligando a estados como Nueva York y Arizona a reajustar presupuestos. «No tenemos cómo compensar estos recortes», admitió la gobernadora Katie Hobbs. 20 mandatarios, incluidos Kathy Hochul (D) y Joe Lombardo (R), enfrentan reelección en 2026 con este desafío.
Impacto inmediato en servicios clave
360,000 arizonenses podrían perder cobertura médica y 5 hospitales rurales cerrarían, según expertos. En Nevada, Lombardo defendió los cortes de impuestos pero advirtió sobre el daño a Medicaid. Mientras, Hochul alertó que 63,000 empleos desaparecerán en Nueva York, la mitad en salud.
Estrategias políticas en juego
Demócratas como JB Pritzker (Illinois) culparán a los republicanos por «cierre de hospitales y pérdida de beneficios». Encuestas muestran que el 55% rechaza la ley. Republicanos como Mike Johnson confían en reducir el «fraude en ayudas», pero temen perder escaños en 2026.
Recortes con efecto retardado
Los cambios más drásticos en Medicaid y SNAP entrarán tras las elecciones de 2026, una maniobra para proteger a legisladores republicanos. Sin embargo, estados como Arizona ya debaten si «financiar alimentos o educación», según el líder demócrata Oscar De Los Santos.
Un legado de dependencia federal
Estados con altas poblaciones vulnerables, como Nueva York (44% en Medicaid), dependen históricamente de fondos federales. La megabill revierte esta dinámica, forzando a gobernadores a elegir entre subir impuestos o recortar servicios, en un contexto de déficits preexistentes.
Elecciones decidirán el costo real
El impacto final dependerá de qué partido controle gobiernos estatales y federales tras 2026. Mientras, gobernadores como Hochul y Hobbs usarán el tema para movilizar votantes, aunque las consecuencias más graves llegarán después de los comicios.