Trump retira fondos federales al tren de alta velocidad de California
El Gobierno federal cancela 4.000 millones de dólares en subvenciones. El presidente Donald Trump cumple su amenaza contra el proyecto, que acumula retrasos y sobrecostes. Gavin Newsom promete luchar contra la decisión, que califica de «regalo a China».
«Un proyecto sobrevalorado y mal gestionado»
Trump anunció este miércoles la retirada de fondos federales para el tren de alta velocidad californiano, un proyecto iniciado en las eras de Obama y Biden. «Está severamente sobrevalorado, sobre-regulado y NUNCA se ha materializado», escribió en Truth Social. El Departamento de Transporte respaldó la decisión, señalando «plazos incumplidos, déficit presupuestarios y proyecciones de uso infladas».
Los números rojos del megaproyecto
El coste estimado ha escalado hasta 128.000 millones de dólares, casi cuatro veces su presupuesto inicial (33.000 millones). El secretario de Transporte, Sean Duffy, justificó el recorte alegando que el estado incumplió los acuerdos de financiación. La Administración Federal de Ferrocarriles añadió que el tramo inicial no estará listo para 2033, plazo clave para recibir los fondos.
Newsom contraataca: «No nos rendiremos»
El gobernador de California tachó la medida de «ataque político» y prometió acciones legales. «Trump quiere regalarle el futuro a China. Ya estamos tendiendo vías y construyendo el único tren bala de EE.UU.», declaró. Criticó también a Duffy: «No tomaré consejos de quien no puede mantener aviones en el aire», en referencia a los recientes problemas en la aviación.
Una promesa con años de polémica
El proyecto, aprobado en 2008, pretendía unir Los Ángeles y San Francisco en menos de 3 horas. Pese a los avances en el Valle Central, los retrasos y la falta de transparencia han generado críticas. Texas y otros estados han abandonado iniciativas similares, mientras China y Europa lideran el sector.
Batalla legal a la vista
La retirada de fondos abre un nuevo frente judicial entre Trump y California. Newsom busca alternativas para salvar el proyecto, aunque los analistas dudan de su viabilidad sin apoyo federal. La disputa refleja la brecha política entre Washington y el estado más poblado de EE.UU.