Evo Morales exige su candidatura y denuncia persecución política
El expresidente afirma que las elecciones del 17 de agosto serán «ilegítimas» sin su participación. En entrevista con FRANCE 24, acusó al Gobierno de Arce y a órganos judiciales de proscribirlo. La polarización marca el proceso electoral a un mes de los comicios.
«Sin Evo en la papeleta no hay democracia»
Morales declaró que su movimiento político EVO Pueblo es «indispensable» para la legitimidad electoral. Exigió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) habilitar al Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), alegando un «amparo constitucional ganado». «Hay total ilegalidad en estas elecciones», afirmó, tras denunciar el robo de las siglas del MAS-IPSP por un «Congreso de facto».
Acusaciones contra el Gobierno y la Justicia
El expresidente señaló al Ejecutivo, al TSE y al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de «persecución política» para impedir su candidatura. Criticó que magistrados «autoprorrogados» —cuyos mandatos expiraron en 2023— avalaron la inhabilitación en su contra. «Si quieren ganar, que me ganen en las urnas», retó, citando encuestas que le otorgan ventaja.
Advertencias sobre violencia y fractura oficialista
Morales negó avalar un boicot electoral, pero advirtió que el 32% de votos nulos previstos reflejan su respaldo. Culpó al «arcismo» de dividir al MAS-IPSP y abandonar su modelo económico: «Arce se derechizó, redujo el Estado y frenó la industrialización». Alertó sobre riesgos de privatización y el fin del Estado Plurinacional si gana la derecha.
De la coca al Palacio: el legado en disputa
Morales gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, impulsando nacionalizaciones y reducción de pobreza. Su intento de un cuarto mandato —pese al «No» en el referéndum de 2016— derivó en una crisis que culminó con su renuncia. Hoy, el TCP ratificó que la Constitución limita a dos mandatos consecutivos. Su figura sigue polarizando: para unos simboliza inclusión; para otros, autoritarismo.
Elecciones bajo la sombra de la confrontación
El proceso electoral avanza en un clima de tensión, con denuncias de exclusión y fracturas en el oficialismo. Morales insiste en ser la opción mayoritaria, mientras el Gobierno defiende la legalidad de los comicios. La sombra de la violencia y la polarización amenazan con opacar los resultados.