UE retiene 1.100 millones a España por no subir impuestos al diésel
España pierde fondos europeos por incumplir la equiparación fiscal del diésel con la gasolina. La UE exige desde 2019 eliminar la ventaja impositiva de este combustible, que representa el 58,9% del parque automovilístico español. El bloqueo político ha evitado la reforma en tres legislaturas.
«El coste político frena la igualdad fiscal»
Bruselas vinculó el quinto tramo de los Next Generation (23.900 millones) a reformas como la equiparación del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos. El diésel paga 0,307 €/litro frente a los 0,401-0,432 € de la gasolina. La subida supondría unos 10 céntimos más por litro, eliminando su ventaja histórica.
Presión europea y resistencia nacional
La UE argumenta que las emisiones del diésel son más nocivas y busca desincentivar su uso. España recibió un ultimátum en abril 2025 tras incumplir un acuerdo previo en 2024. Gobiernos desde Rajoy (2018) hasta el actual han pospuesto la medida, incluso durante la crisis ucraniana.
Un parque móvil anclado en el diésel
Según ANFAC, 18 millones de los 31,3 millones de vehículos en España son diésel. La herencia de su dominio en los años 2000 (71% de ventas en 2007) explica la sensibilidad política. Los impuestos actuales suponen el 56% del precio final (1,425 €/litro).
Armonizar para avanzar
La UE ya logró en 2019 unificar el tramo autonómico (7,02 céntimos/litro). Sin embargo, la equiparación total sigue siendo una asignatura pendiente, con repercusiones fiscales y ambientales.
Un pulso que sigue sobre la mesa
La retención de fondos evidencia el conflicto entre las directivas europeas y la realidad socioeconómica española. La reforma, clave para la transición ecológica, sigue sujeta a cálculos políticos por el peso del diésel en la movilidad ciudadana.