Alcalá de Henares multa con hasta 3.000 euros por no recoger cacas de perro
El Ayuntamiento utiliza ADN canino para identificar a dueños incívicos. Desde 2020, un censo genético y controles policiales han permitido imponer 245 multas. La medida busca limpiar calles y parques de este municipio madrileño.
El «CSI canino» que rastrea heces abandonadas
Un equipo especializado toma muestras de ADN de las cacas y las coteja con una base de datos de 150.000 animales. «Cuando hay coincidencia, se sanciona al dueño», explica el protocolo. Las multas oscilan entre 300 y 3.000 euros, tanto por no recoger excrementos como por no registrar al perro.
Datos que hablan
El censo genético ya incluye a 9.500 perros. En 2024 se impusieron 75 multas por 221 muestras analizadas. En 2023, 206 sanciones: 97 por heces y 109 por falta de registro. El laboratorio de Xàtiva (Valencia) centraliza los análisis.
Una tendencia que se extiende
Alcalá de Henares fue pionera en 2020, pero hoy 81 municipios españoles usan este sistema. Localidades como Mislata, Málaga o Cornellà replican el modelo para disuadir a dueños negligentes.
De la saliva a la sanción
El proceso empieza en clínicas veterinarias, donde se recoge ADN de los perros. Cada animal recibe una chapa con QR y su huella genética queda registrada. Las muestras de heces abandonadas se comparan después con esa base.
Calles más limpias, bolsillos más vacíos
La medida ha reducido las quejas vecinales, pero sigue dependiendo de la colaboración ciudadana. El Ayuntamiento insiste en que el objetivo no es recaudar, sino educar. Mientras, los controles siguen activos en parques y aceras.