Escasez de diésel paraliza el transporte y genera filas en Bolivia
Un déficit de 300 millones de dólares en importaciones causa desabastecimiento. Transportistas y ciudadanos enfrentan retrasos y pérdidas económicas. YPFB reconoce la crisis, que afecta a sectores clave desde hace seis meses.
«Estamos en quiebra total»: el grito del transporte
La falta de diésel ha colapsado surtidores en La Paz, Cochabamba y otras regiones. Conductores pasan hasta dos días en filas, mientras empresas reducen salidas de buses. «Perdemos contratos y clientes», denuncia Marcelo Cruz, dirigente del transporte pesado internacional. En Cochabamba, algunas rutas operan al 60% de su capacidad.
Impacto ciudadano: caos y retrasos
Pasajeros enfrentan incertidumbre en terminales por salidas irregulares. En Obrajes (La Paz), camiones bloquean vías esperando combustible. «Antes salían cinco buses diarios; ahora solo tres», explica una funcionaria de terminal. El agro y la minería también reportan afectaciones.
YPFB admite un agujero financiero
Armin Dorgathen, presidente de la estatal petrolera, confirmó que los pagos por importaciones acumulan 300 millones de dólares sin cubrir desde enero. «Despachamos al 100%, pero hay un déficit histórico», reconoció. El transporte exige liberar importaciones privadas para paliar la crisis.
Seis meses de un problema que no arranca
La escasez de diésel se arrastra desde inicios de 2025, vinculada a restricciones en divisas para importar. YPFB opera con pagos pendientes a proveedores, mientras sectores productivos advierten sobre el impacto económico acumulado.
El combustible no llega, y la paciencia se agota
La crisis evidencia la dependencia boliviana de importaciones y la fragilidad del sistema de distribución. Sin soluciones inmediatas, el malestar crece entre transportistas y usuarios, con riesgo de paralizaciones.