Gobierno refuerza controles por contrabando de marraqueta

Autoridades y panificadores acuerdan medidas para evitar el tráfico ilegal de harina subvencionada, tras detectarse venta en Perú a precios seis veces superiores.
El Deber

Gobierno refuerza controles por contrabando de marraqueta subvencionada

La marraqueta se vende hasta en Bs 3 en Perú frente a los Bs 0,50 acordados en Bolivia. Emapa detectó desvíos de harina subvencionada tras bloqueos en carreteras. Autoridades y panificadores acordaron medidas para evitar el tráfico ilegal.

«El pan de batalla cruza fronteras con sobreprecio»

El gerente de Emapa, Franklin Flores, confirmó que la marraqueta elaborada con harina subsidiada se comercializa en Perú a precios hasta seis veces superiores. «En La Paz cuesta 50 céntimos, pero en el país vecino alcanzó Bs 3», detalló en entrevista con Bolivia TV. El Ejecutivo destinará Bs 1.100 millones para subvencionar el sector, sin especificar plazo.

Compromisos y controles

Los panificadores deberán reportar listados de clientes y puntos de venta para garantizar el destino de la harina. Flores aseguró que «el control será más riguroso» tras distribuir un millón de bolsas de 50 kilos, además de levadura y manteca. La Paz consume el 70% de la harina subsidiada nacional, con 7.000 bolsas diarias.

Bloqueos y desabastecimiento

El gerente atribuyó irregularidades en la distribución a los bloqueos de carreteras, aunque afirmó que la situación ya se normalizó. Municipios y el Estado coordinarán inspecciones para frenar el contrabando.

Un pan con historia de subsidios

La marraqueta es un producto básico en Bolivia, con precios regulados desde hace décadas. La harina subvencionada busca mantener su accesibilidad, pero el tráfico ilegal revela fisuras en el sistema. Emapa, creada en 2001, gestiona estos subsidios como parte de la política de seguridad alimentaria.

El desafío de fiscalizar la cadena

La eficacia de los nuevos controles dependerá de la coordinación entre panificadores y autoridades. El caso evidencia la tensión entre subsidios y mercados informales en la región. La medida busca asegurar que el pan llegue a su público objetivo: los consumidores bolivianos.