Beni logra fondos para medicamentos tras paro cívico por crisis sanitaria
El Gobierno destinará 1,8 millones de bolivianos para remedios. La medida se consiguió tras una jornada de protesta que paralizó el departamento. El Sedes y el Comité Cívico negociaron con autoridades nacionales, aunque persisten reclamos por subejecución presupuestaria.
«Calles vacías y un grito por la salud»
Beni suspendió actividades este 11 de julio en un paro cívico contra el desabastecimiento de medicamentos en sus dos hospitales de tercer nivel. «El Materno Infantil recibió solo 1 boliviano de 3,8 millones presupuestados», reveló el Sedes. La protesta derivó en un compromiso para agilizar recursos, aunque insuficiente según los manifestantes.
Diálogo con urgencia
Rubén Torres, director del Sedes, confirmó que los fondos se destinarán prioritariamente al Materno Infantil. Una comisión viajará a La Paz para gestionar el desembolso ante el Ministerio de Economía. «No es la totalidad de lo programado, pero es un avance», admitió.
La voz de las calles
Hugo Aponte, líder cívico, calificó el paro de «contundente» y destacó la unidad ciudadana. «Agotamos instancias previas sin respuesta», afirmó. Bloqueos y cierre de comercios en Trinidad evidenciaron el malestar por los recortes al SUS.
Presupuesto en la mira
El Gobierno nacional atribuyó la crisis a la subejecución del 31,9% del POA por parte de la Gobernación. Según el Ministerio de Economía, «los ingresos propios cayeron de 114 a 26 millones de bolivianos desde 2019», afectando la capacidad de gestión.
Un sistema en números rojos
Beni depende históricamente de regalías mineras y transferencias nacionales, pero su recaudación se desplomó un 77% en cinco años. Los hospitales Germán Busch y Materno Infantil acumulan décadas de infraestructura precaria, agravada por la reciente falta de insumos.
La salud no puede esperar
El acuerdo parcial no resuelve el fondo del problema: la sostenibilidad financiera del SUS en Beni. Mientras los fondos llegan, ambos hospitales siguen operando con carencias críticas, y la presión social persiste.