Mackinac Island prohíbe coches desde 1898 y mantiene su tradición ecuestre
La isla estadounidense solo permite transporte a caballo, bicicleta o a pie. Ubicada en Michigan, cuna de la industria automotriz, conserva su veto a vehículos motorizados como seña de identidad. La norma surgió tras protestas de cocheros y un incidente con caballos asustados.
Un oasis sin motores en el corazón automotriz
Mackinac Island, en el Lago Hurón (Michigan, EEUU), aprobó en 1898 una prohibición histórica contra los coches tras quejas por ruidos y competencia laboral. «La leyenda atribuye el veto al susto de unos caballos por el petardeo de un vehículo», explica el texto. La medida se consolidó pese a estar rodeada de fabricantes como Ford o General Motors.
Excepciones bajo control
Solo vehículos de emergencia (ambulancias, policía) y permisos especiales —como el rodaje de una película en 1979— rompen la norma. La carretera M-185 es la única vía estatal de EEUU sin tráfico motorizado. Los 600 habitantes usan ferries para conectar con el continente.
Caballos, turismo y un viaje al pasado
Los carruajes, introducidos en el siglo XIX, son el transporte principal. «Sin caballos, este lugar no sería lo que es», destaca un empleado local. La isla atrae visitantes con su fuerte histórico, el Grand Hotel y paisajes libres de contaminación acústica.
Raíces que galopan
Michigan, epicentro de la industria automotriz desde principios del siglo XX, contrasta con esta isla donde los coches nunca desplazaron a los equinos. La prohibición se ha mantenido como un símbolo de identidad y reclamo turístico.
Un legado sobre ruedas… de carruaje
Mackinac demuestra que una comunidad puede funcionar sin coches, priorizando tradición y sostenibilidad. Su modelo, aunque excepcional, plantea reflexiones sobre movilidad en pleno siglo XXI.