Nueva York afronta recortes de 3.000 millones por megaproyecto de Trump
El estado perderá fondos federales para salud y asistencia alimentaria desde enero de 2026. La gobernadora Kathy Hochul advierte que no podrá compensar los recortes con impuestos. Los demócratas estatales prevén 63.000 despidos, casi la mitad en el sector sanitario.
«No hay estado que pueda absorber estos recortes»
El director presupuestario de Nueva York, Blake Washington, confirmó que el megaproyecto de Trump supondrá un recorte anual de 3.000 millones de dólares a partir de abril de 2026. «No podemos reemplazar esa cantidad de fondos federales de forma recurrente», admitió. El impacto inmediato incluye 750 millones menos este año fiscal para el «Plan Esencial», que cubre a 1,6 millones de residentes de bajos ingresos.
Consecuencias en salud y empleo
La administración de Hochul estima que 63.000 empleos desaparecerán, con un golpe severo a hospitales rurales y urbanos. Además, el estado deberá invertir 500 millones adicionales para implementar los nuevos requisitos laborales en Medicaid exigidos por la ley federal. La asambleísta demócrata Amy Paulin calificó los recortes como «sin precedentes en la historia sanitaria del país».
Un rompecabezas político para Hochul
La gobernadora, que busca la reelección en 2026, culpó a los republicanos federales por los recortes pero evita subir impuestos. Legisladores progresistas presionan para mitigar el impacto, aunque reconocen su margen de acción limitado. El déficit presupuestario del estado, inicialmente calculado en 7.500 millones, podría casi duplicarse por esta medida.
Un legado de la era Trump
El megaproyecto, promulgado la semana pasada, prioriza reducciones en programas sociales que afectan principalmente a estados demócratas. Nueva York, con uno de los sistemas Medicaid más costosos de EE.UU., es especialmente vulnerable. La última crisis comparable data de los recortes pandémicos de 2020.
Decisiones difíciles a la vista
Las autoridades estatales tendrán que reevaluar prioridades de gasto mientras el paquete federal despliega sus efectos en los próximos años. Washington resumió el desafío: «Habrá que tomar decisiones duras; no hay atajos fiscales para esto».