Trump condiciona sanciones a Rusia a mayor control presidencial
El presidente exige cambios en un proyecto bipartidista para eliminar supervisión del Congreso. La medida busca presionar a Putin tras el fracaso de negociaciones en Ucrania. La Casa Blanca y legisladores negocian los detalles mientras republicanos esperan luz verde definitiva.
«El presidente no aceptará ser microgestionado»
Donald Trump estaría dispuesto a firmar el proyecto de sanciones impulsado por el senador Lindsey Graham, pero solo si se elimina la capacidad del Congreso para revisar las exenciones. Un alto funcionario anónimo de la administración afirmó que la versión actual es «inaceptable» porque somete la política exterior a «resoluciones conjuntas de desaprobación».
El núcleo del conflicto
La ley propone aranceles del 500% a países que compren petróleo o uranio ruso, con posibilidad de exención presidencial por 180 días. Graham aceptó ampliar el plazo, pero la Casa Blanca insiste en que el presidente debe tener autoridad «absoluta» para levantar sanciones sin intervención legislativa.
Frustración con Putin y cálculos políticos
Trump acusó al líder ruso de lanzarle «muchas tonterías» y dañar su reputación como negociador. El portavoz republicano Mike Johnson respaldó las sanciones, señalando que Putin «se niega a ser razonable». Sin embargo, senadores como Josh Hawley prefieren esperar una postura clara de Trump antes de votar.
El fantasma del veto
Aunque el proyecto cuenta con más de 80 copatrocinadores y podría superar un veto, los republicanos evitan avanzar sin aprobación explícita. «Si el presidente está a favor, yo también», admitió un senador anónimo, reflejando la lealtad al liderazgo de Trump en temas de política exterior.
De la confrontación a la colaboración forzada
El Congreso aprobó amplias sanciones a Rusia en 2017 con mecanismos de revisión, pero ahora la administración exige margen total para negociar. Dos funcionarios señalaron que Trump quiere mantener abierta la puerta a un posible acuerdo con Putin, incluso mientras aumenta la presión.
¿Sanciones flexibles o cheque en blanco?
El desenlace dependerá de si los legisladores ceden a las demandas presidenciales. Graham insiste en que el proyecto «da palanca» a Trump, pero otros republicanos prefieren oírlo directamente. La semana del 21 de julio surge como fecha tentativa para su votación en el Senado.