Brasil y China planean megatren amazónico que alerta a ambientalistas
El ferrocarril bioceánico de 3.000 km uniría el Atlántico con el Pacífico. El proyecto, impulsado por Lula y Xi Jinping, busca agilizar exportaciones pero atraviesa el Arco de Deforestación. China financiaría la obra como parte de su Iniciativa de la Franja y la Ruta.
«Una ruta para commodities, una amenaza para la selva»
Los gobiernos de Brasil y China avanzan en el Ferrocarril Bioceánico, que conectaría el puerto de Ilhéus (Brasil) con Chancay (Perú), operado por la estatal china COSCO. El trazo amazónico seguiría carreteras existentes como la BR-364, principal foco de deforestación histórica. Reduciría 10 días el transporte de soja y minerales a Asia, según el Ministerio de Planificación brasileño.
Impacto ambiental en debate
Activistas advierten que la obra aceleraría la pérdida de bosques, pese a los ajustes de ruta para evitar áreas protegidas. Suely Araújo, exdirectora de IBAMA, alerta sobre «la relajación de las licencias ambientales» en Brasil, mientras el Congreso debate una ley que agilizaría aprobaciones. El proyecto afectaría cuencas críticas como la del río Xingu.
Raíces en la dictadura, ojos en China
La visión de «integrar» la Amazonía data de la dictadura militar brasileña (1964-1985). Hoy, China impulsa el proyecto como parte de su estrategia geopolítica, con inversiones en puertos y corredores. Brasil aspira a aumentar su comercio intrarregional, actualmente en 15% frente al 50% global.
Una apuesta con fecha límite
La viabilidad del megaproyecto depende de estudios técnicos y financiación china, aún no confirmada. Las elecciones brasileñas de 2026 añaden incertidumbre: un cambio de gobierno podría alterar las políticas ambientales. Mientras, el Arco de Deforestación espera bajo la sombra de las locomotoras.