Expertos destacan avances en protección de selvas tropicales
Brasil y Colombia lideran reducción de deforestación con tecnología y derechos indígenas. Crystal Davis, del Instituto de Recursos Mundiales, resalta el papel clave del liderazgo político y herramientas como Global Forest Watch en la conservación. Los datos muestran una disminución del 50% en áreas con vigilancia comunitaria.
«El liderazgo político marca la diferencia»
Crystal Davis destaca que la llegada de Lula da Silva a la presidencia de Brasil en 2023 revirtió la tendencia de deforestación. «Reforzó leyes ambientales y reconoció derechos indígenas», explica. En 2023, Brasil redujo significativamente la pérdida de bosques, tras el aumento registrado durante el gobierno de Bolsonaro, quien debilitó las agencias de protección ambiental.
Tecnología al servicio de los bosques
Global Forest Watch, una plataforma gratuita que combina satélites e inteligencia artificial, permite monitorear la deforestación en tiempo real. En Perú, comunidades entrenadas con la aplicación Forest Watcher redujeron la tala ilegal un 50% en un año. «Puedes ver la diferencia en el mapa: menos alertas donde hay vigilancia», señala Davis.
Guardianes ancestrales de la selva
Los pueblos indígenas gestionan el 50% de las tierras globales y protegen un tercio de los bosques tropicales intactos. Sin embargo, solo una parte mínima tiene reconocimiento legal. La Declaración de la ONU sobre Derechos Indígenas (UNDRIP) garantiza su autodeterminación y consulta previa ante proyectos en sus territorios. «Donde hay gestión indígena, los bosques están más preservados», afirma Davis.
Un legado en riesgo
Pese a los avances, la deforestación global sigue creciendo, agravada por el cambio climático y sequías que incrementan incendios. Desde 2015, se han reconocido legalmente 100 millones de hectáreas como tierras indígenas, pero persisten desafíos en financiación y protección legal.
El futuro se escribe con colaboración
La combinación de tecnología, financiación y empoderamiento indígena emerge como la fórmula clave para proteger los bosques. Davis insiste en canalizar más recursos hacia las comunidades locales, principales guardianes de estos ecosistemas. «Sabemos qué funciona: ahora hay que escalarlo», concluye.