Arce admite que Bolivia no puede garantizar el abastecimiento de combustibles
El Gobierno reconoce que el 100% de provisión actual es insuficiente. La falta de financiamiento externo impide importar más diésel y gasolina, generando largas filas en surtidores y afectando a sectores clave. El presidente Luis Arce lo atribuyó al bloqueo de créditos por la Asamblea Legislativa.
«Sin recursos, no hay garantías»
Arce afirmó que «no está garantizado» el abastecimiento pleno sin aprobación de créditos. «Es muy difícil sostener el suministro actual», admitió. Bolivia gasta $us 3.000 millones anuales en importar combustibles y $us 2.000 millones en deuda externa, con una salida neta de $us 1.400 millones hasta abril por servicio de deuda.
YPFB en modo emergencia
Armin Dorgathen, presidente de YPFB, confirmó que la empresa estatal opera al 100% de capacidad, pero necesita entre 120% y 130% para normalizar el servicio. En semanas críticas, el despacho cayó al 60%-70%, con un déficit de $us 300 millones en el primer semestre de 2025. «Recibimos $us 40 millones cuando necesitábamos $us 60 millones», detalló.
El costo de la escasez
El desabastecimiento ya impacta en transporte y agroindustria, mientras el acopio ilegal distorsiona la demanda. La crisis se agrava por la falta de créditos externos desde 2023, que ha generado un «flujo negativo de divisas», según Arce.
Un país en rojo
Bolivia enfrenta un escenario fiscal crítico, con alta dependencia de importaciones de combustibles y presión por el pago de deuda. La Asamblea Legislativa no ha aprobado nuevos créditos, limitando la capacidad de respuesta del Ejecutivo.
Combustible y paciencia, en reserva
La normalización del abastecimiento dependerá de la obtención de financiamiento externo. Mientras tanto, la incertidumbre persiste para ciudadanos y sectores productivos, con YPFB operando al límite de su capacidad.