Panaderos bolivianos sufren por alza de precios de insumos
La harina subió de 115 a 500 bolivianos el quintal sin subvención. La crisis económica en Bolivia impacta a los panificadores artesanales, que enfrentan dificultades para mantener el precio oficial del pan. La marraqueta, patrimonio cultural paceño, escasea en ferias dedicadas a su promoción.
«La brecha de precios es insostenible»
Dandy Mallea, dirigente de panificadores de La Paz, denunció que el sector no recibe la subvención estatal para la harina, lo que obliga a comprarla a 500 bolivianos (72 dólares) en lugar de 115 bolivianos (17 dólares). «Otros insumos como manteca y azúcar subieron un 15%», agregó, dificultando mantener el precio oficial de 0,50 bolivianos por unidad.
Desigualdad en el acceso a subsidios
Mallea acusó que algunos panificadores sí reciben la subvención por «hacer buena letra con el Gobierno». Anunció un recurso constitucional para exigir igualdad de condiciones. Mientras, en algunas zonas de La Paz, el pan ya se vende a 1,50 bolivianos por dos unidades.
La marraqueta: víctima de la crisis
El emblemático «pan de batalla», declarado Patrimonio Cultural, escaseó en su propia feria organizada por la Alcaldía paceña. Los panaderos atribuyen la reducción de su tamaño y disponibilidad al encarecimiento de insumos. «No queremos afectar a la población, pero la situación es crítica», señaló Mallea.
Un legado histórico en riesgo
La marraqueta, elaborada desde la Guerra del Chaco (1932-1935), busca ahora ser reconocida por la UNESCO. Su textura única, ligada al clima y altitud de La Paz, podría perderse si persiste la crisis.
Bolivia en modo supervivencia
El desabastecimiento de combustibles y la falta de dólares agravan la situación económica. La población ya reporta dificultades para adquirir este alimento básico, cuyo precio y tamaño varían según la zona.
Pan amargo para los bolivianos
La crisis afecta desde la producción hasta el consumo final. Mientras los panaderos piden comprensión, la ciudadanía enfrenta un golpe más a su economía familiar. La solución dependerá de la gestión estatal de subsidios y la estabilización macroeconómica.