Trump retira protecciones ambientales y educativas en Flint
La administración cancela fondos para salud y agua potable. La ciudad de Flint, Michigan, sufre nuevos recortes tras la crisis de 2014. Expertos advierten que las medidas agravarán desigualdades en la región industrial.
«Flint paga el precio de la desregulación»
El gobierno de Donald Trump eliminó controles de calidad del agua y programas de educación temprana en Flint, una ciudad emblemática del declive industrial estadounidense. «Las políticas priorizan el crecimiento económico sobre la salud pública», afirma Jerel Ezell, investigador de la Universidad de Chicago. La EPA extendió por tercera vez su decisión sobre regulaciones de plomo, clave tras la contaminación del agua en 2014.
Impacto en la salud pública
Estudios revelan que 29% de los adultos en Flint sufren estrés postraumático por la crisis, mientras que la fertilidad cayó un 12%. El «Registro de Flint», herramienta clave para monitorear afectados, perdió financiamiento federal. La administración también recortó 2,400 empleados en el CDC dedicados a monitoreo ambiental.
Educación en riesgo
El Departamento de Educación canceló 15.6 millones de dólares en ayudas COVID, destinados a escuelas con niños afectados por plomo. Además, propone eliminar el departamento, lo que dejaría sin apoyo a menores con discapacidades derivadas de la contaminación.
Raíces de una crisis anunciada
Flint, cuna de General Motors, perdió el 20% de su población tras la crisis del agua. En 2014, el cambio de fuente hídrica a un río contaminado –bajo medidas de austeridad– expuso a residentes a plomo. Pese a un acuerdo de 626 millones en 2021, ningún fondo ha llegado a los afectados.
Sin agua ni empleos: el futuro incierto
Los aranceles de Trump no garantizan la reactivación industrial, mientras los recortes profundizan la crisis social. Flint sigue sin recuperar su infraestructura básica, y las nuevas políticas federales podrían retrasar décadas su reconstrucción.