Azafata sobrevive a caída de 10.000 metros tras explosión de avión en 1972
Vesna Vulović, única superviviente del vuelo JAT 367, desafió las leyes de la física. Su caso, entre el milagro y el posible encubrimiento de un derribo, sigue siendo un enigma 53 años después. Documentos desclasificados en 2009 contradicen la versión oficial.
«Entre el fuselaje y la nieve: el rescate imposible»
El 26 de enero de 1972, el McDonnell Douglas DC-9 de JAT explotó sobre Checoslovaquia. Vesna, de 22 años, sobrevivió tras caer atrapada en un fragmento del avión. Un médico local la halló «con medio cuerpo fuera del fuselaje y un carrito de catering clavado en la espalda». Oficialmente, una bomba ultraderechista causó el accidente, pero las cajas negras nunca aparecieron.
El relato que no cuadra
En 2009, periodistas alemanes y checos revelaron que el avión pudo ser derribado por error a 800 metros de altura, no a 10.000. Documentos señalaban que cazas MIG checoslovacos lo confundieron con una amenaza. Las autoridades negaron la teoría, pero «no presentaron pruebas contrarias».
De heroína yugoslava a símbolo de duda
Vulović entró en coma, sufrió parálisis temporal y recibió el récord Guinness por la mayor caída sin paracaídas. Años después, confesó sentirse «culpable por vivir». En Yugoslavia fue usada como propaganda, pero en 1990 la despidieron por criticar al régimen de Milošević.
La sombra de la Guerra Fría
El accidente ocurrió en plena tensión entre bloques. Checoslovaquia y Yugoslavia ocultaron datos clave, según los investigadores. Testigos vieron el avión entero antes del estallido, y archivos militares fueron destruidos. La policía secreta controló el lugar del siniestro desde el primer minuto.
Verdad suspendida a media altura
El caso sigue sin resolverse: ni la física explica del todo su supervivencia, ni hay pruebas concluyentes del derribo. Vesna murió en 2016 llevándose el secreto. Su historia refleja cómo los regímenes de la época manipularon tragedias, dejando más preguntas que respuestas.