Crisis de combustible en Bolivia amenaza al sector porcicultor

La escasez de combustible en Bolivia pone en riesgo al sector porcicultor, con granjas cerradas y la cadena de comercialización paralizada. Miles de empleos y la estabilidad del mercado interno están en peligro.
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Rebanadas de carne cruda apiladas verticalmente.
Una imagen que muestra varias rebanadas de carne cruda apiladas de forma ordenada.

La crisis de combustible en Bolivia amenaza con colapsar el sector porcicultor

El sector porcicultor de Santa Cruz, uno de los pilares económicos de Bolivia, enfrenta una crisis sin precedentes debido a la escasez de combustible que lleva más de un mes afectando al país. Henry Chávez, gerente general de la Asociación Departamental de Porcicultores (Adepor), alertó sobre el cierre de granjas y la paralización de la cadena de comercialización, lo que pone en riesgo miles de empleos y la estabilidad del mercado interno de carne de cerdo.

Granjas cerradas y vehículos paralizados

“Tenemos granjas que están cerrando”, declaró Chávez, quien explicó que la falta de combustible ha interrumpido el transporte de animales y productos, esencial para mantener el flujo de la cadena productiva. “La falta de combustible destroza totalmente nuestro sistema de comercialización”, añadió. Según Adepor, los vehículos que transportan cerdos han permanecido hasta una semana parados en los surtidores, esperando repostar.

Una crisis que afecta toda la cadena productiva

La escasez de combustible no solo impacta a los porcicultores, sino a todo el sector agropecuario. “Todo el sector productivo está en alerta en este momento”, señaló Chávez. La paralización de camiones y maquinaria agrícola ha generado retrasos en la distribución de alimentos, lo que podría derivar en un aumento de precios y desabastecimiento en los mercados locales.

El Gobierno busca soluciones urgentes

El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, reconoció que la falta de dólares en el país ha dificultado el pago de las importaciones de combustible. El Gobierno de Luis Arce insiste en la aprobación de créditos internacionales para acceder a divisas y garantizar el suministro de diésel y gasolina. Sin embargo, las largas filas en los surtidores y la incertidumbre sobre cuándo se normalizará la situación mantienen en vilo a los productores.

Contexto histórico: Una crisis recurrente

La escasez de combustible no es un problema nuevo en Bolivia. En los últimos años, el país ha enfrentado varias crisis similares, agravadas por la dependencia de las importaciones de hidrocarburos y la falta de inversión en infraestructura energética. La actual situación se enmarca en un contexto de tensiones económicas globales y dificultades para acceder a divisas, lo que ha limitado la capacidad del Gobierno para responder de manera efectiva.

Repercusiones y futuro incierto

Si la crisis persiste, las consecuencias podrían ser devastadoras para el sector agropecuario y la economía boliviana en general. Además del cierre de granjas, se teme un aumento en los precios de los alimentos y un impacto negativo en la seguridad alimentaria del país. Organizaciones como Adepor exigen medidas urgentes para garantizar el suministro de combustible y evitar un colapso mayor.

Mientras el Gobierno busca soluciones financieras, los productores esperan con preocupación una pronta resolución a la crisis. La situación actual no solo pone en riesgo miles de empleos, sino también la estabilidad de un sector clave para la economía boliviana. El tiempo apremia, y las decisiones que se tomen en los próximos días serán cruciales para evitar un desastre mayor.