Trump ignora su plazo para acuerdos comerciales y mantiene aranceles
El presidente de EE.UU. solo ha cerrado tres pactos y amenaza con más tasas. A cuatro días del vencimiento del plazo autoimpuesto, Trump minimiza la urgencia mientras países negocian para evitar sanciones de hasta el 50%.
«Podemos hacer lo que queramos»: un plazo en el aire
Trump declaró la semana pasada que «el plazo del 9 de julio es flexible», contradiciendo a sus colaboradores. «Podemos extenderlo o acortarlo», afirmó, revelando su ambivalencia. Mientras, sus equipos negocian a contrarreloj con una docena de naciones, incluidos Vietnam, India y la UE, bajo amenazas públicas del presidente en redes sociales.
Acuerdos frágiles y negociaciones confusas
El pacto con Vietnam, anunciado el miércoles, carece de detalles concretos y sigue «en progreso», según borradores filtrados. Japón, pese a múltiples reuniones en junio, recibió un tuit de Trump advirtiendo aranceles del 35% al arroz. «Es un espectáculo teatral», admitió una fuente cercana a la Casa Blanca.
Aranceles como arma política
Trump mantiene un 10% base a casi todos los socios comerciales, con tasas mayores para autos (seguridad nacional) y sectores estratégicos. Expertos como Wendy Cutler advierten: «Un acuerdo hoy no garantiza inmunidad mañana». La UE, inicialmente resistente, ahora cedería en digital y agricultura para evitar sanciones.
División interna y letras de castigo
Mientras el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sugería prórrogas, Trump prometió enviar «10 cartas diarias» con aranceles unilaterales. El método ya causó caídas bursátiles en abril. «Prefiere el juego que los resultados», criticó un exasesor comercial.
De la amenaza al marco vago
Los acuerdos logrados (Reino Unido, Vietnam e India) son marcos temporales sin ratificación congresal, que postergan temas espinosos. Everett Eissenstat, exnegociador de Trump, reconoce: «Son pasos hacia aranceles más altos, pero el camino es irregular». La Casa Blanca insiste en que el presidente busca «reciprocidad», no solo castigos.
Un juego de poder sin fin
Trump prioriza su imagen de negociador duro sobre resultados concretos. Con exportaciones estadounidenses en baja y socios desconcertados, la incertidumbre comercial persiste. Como resume un aliado: «Le gusta demasiado el juego».