Gobiernos subnacionales priorizan salarios sobre servicios en Bolivia
Alcaldías, gobernaciones y universidades gastaron Bs 8.327 millones en sueldos en 2024. El modelo expansivo heredado del MAS choca con la caída de ingresos. Ciudades y regiones sacrifican inversión mientras aumentan planillas, según datos oficiales.
«La bonanza se convirtió en burocracia»
Desde 2006, el Estado boliviano impulsó un crecimiento del empleo público financiado por la renta gasífera. Pero en 2024, universidades destinaron Bs 3.661 millones a salarios, mientras aulas e infraestructura se deterioraban. «La autonomía universitaria esconde falta de control», señala el informe. Los consejos fiscalizadores funcionan como espacios de cuoteo político.
Alcaldías: más empleados, menos obras
Las ciudades capitales e intermedias gastaron Bs 3.654 millones en sueldos, pese a la reducción del IDH desde 2016. «Calles sin pavimentar y basura sin recolectar son el resultado». En zonas rurales, la dependencia de transferencias estatales agrava el problema: algunas tienen más administrativos que técnicos.
Gobernaciones al borde del colapso
Con Bs 1.011 millones destinados a salarios, estas entidades asumieron competencias sin capacidad técnica. Beni está cerca de la parálisis operativa, mientras Potosí resiste gracias a regalías mineras. «Son redistribuidores de fondos, no gestores», describe el análisis.
Cuando el gas ya no alcanza
El modelo surgió tras la hiperinflación (1982–1985) y se consolidó con el MAS en 2006. Los ingresos por hidrocarburos permitieron aumentos anuales de sueldos, pero desde 2016 la caída de recursos expuso su insostenibilidad. Partidos como Unidad, Libre y APB Súmate exigen subir la coparticipación tributaria al 50%.
Un pacto fiscal sin garantías
El debate no es solo sobre montos: la contratación bajo la Ley General del Trabajo convierte los salarios en costos fijos. La Contraloría y gobiernos autónomos no frenan el gasto clientelar. «La solución está en gastar mejor, no en recibir más», concluye el informe.