Reservas de Bolivia crecen a $2.807 millones pero analista alerta de fragilidad
Las RIN aumentaron $830 millones en seis meses, pero el 90% está en oro físico. El experto Gonzalo Chávez advierte que el país sigue vulnerable: las reservas líquidas solo cubren 3-4 semanas de importaciones clave. Datos del BCB muestran una mejora relativa desde 2023, aunque lejos del nivel óptimo.
«Oro que no se puede vender, divisas que no llegan»
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia alcanzaron $2.807 millones al cierre del primer semestre de 2025, según el Banco Central de Bolivia (BCB). Sin embargo, el analista Gonzalo Chávez destaca que el incremento se debe principalmente a la revalorización del oro (que supera $3.300/onza), no a un flujo real de divisas. «El Gobierno podrá empeñar las 22 toneladas de oro, pero necesita liquidez inmediata», subraya.
Composición crítica
Chávez estima que el 90% de las RIN son oro físico (lingotes no comercializables) y solo $80 millones corresponden a efectivo disponible. «Esto apenas cubre tres semanas de importaciones de combustibles», alerta. La escasez de divisas líquidas explica, según él, la brecha cambiaria: el dólar paralelo cotiza a Bs 15, más del doble que el oficial.
De los $15.000 millones a «el fondo del pozo»
En 2014, Bolivia tenía RIN por $15.000 millones, pero en 2023 tocaron su mínimo histórico ($1.700 millones). «El repunte actual es significativo, pero parte de una base muy baja», explica Chávez. El BCB no detalla cómo se distribuyen los activos, pero el analista insiste en que la dependencia del oro limita la capacidad de respuesta ante crisis.
Sin margen para la estabilidad
Pese al crecimiento reciente, las RIN no garantizan solvencia a mediano plazo. Chávez recalca que «el país requiere flujo financiero constante, no solo reservas estáticas». La fragilidad externa se refleja en la disparidad cambiaria y la incapacidad de sostener importaciones estratégicas sin tensiones.
Oro que pesa, pero no circula
Bolivia acumula décadas de dependencia de materias primas (gas, minerales). La caída de precios y producción redujo las RIN drásticamente desde 2014. La actual recuperación, vinculada al oro, no resuelve el problema estructural: la falta de diversificación económica y generación de divisas sostenibles.
Un respiro corto en medio de la tormenta
El aumento de las RIN ofrece un alivio temporal, pero la economía boliviana sigue expuesta a shocks externos. La ciudadanía enfrenta escasez ocasional de combustibles y una brecha cambiaria que encarece productos importados. Sin reformas profundas, la estabilidad macroeconómica seguirá en riesgo.