Ponchos Rojos cercan plaza Murillo en protesta por crisis económica

La Federación de Campesinos Tupac Katari lidera una marcha hacia La Paz exigiendo soluciones a la crisis de combustibles y económica, además de la destitución de ministros.
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Grupo de personas desfilando en la calle con trajes tradicionales y una bandera multicolor.
Grupo de personas desfilando en una calle urbana. Visten trajes tradicionales, sombreros oscuros y llevan una bandera con cuadros de colores.

Ponchos Rojos cercan la plaza Murillo en protesta por la crisis económica y de combustibles

La Federación de Campesinos Tupac Katari, liderada por David Mamani, inició este martes una marcha desde El Alto hasta La Paz para “cercar” la plaza Murillo, sede del poder político en Bolivia. La protesta, que agrupa a sectores contrarios al Gobierno, exige soluciones inmediatas a la crisis de combustibles y la economía, además de la destitución de varios ministros y la reducción de salarios de funcionarios públicos. La Policía ha activado un dispositivo de seguridad para resguardar el área.

“El Gobierno se ha vuelto sordo y mudo”

David Mamani, líder de los Ponchos Rojos, declaró que “vamos a hacer cerco hasta que el Gobierno nos escuche porque estos señores se han convertido en sordos y mudos”. Además, advirtió que, de no atenderse sus demandas, podrían recurrir al bloqueo de caminos. Entre las exigencias principales se encuentran la destitución de los ministros de Obras Públicas, Hidrocarburos y Energías, Planificación del Desarrollo, y Gobierno, así como la reducción del 50% en los salarios de funcionarios públicos.

El dirigente también rechazó la aprobación de créditos internacionales y emplazó al Gobierno a responder en un plazo de 72 horas. “Si es necesario, vamos a ir al bloqueo de caminos”, reiteró Mamani, subrayando la gravedad de la situación.

Un contexto de descontento creciente

Esta movilización no es un hecho aislado. El año pasado, este mismo sector intentó tomar la sede de la federación en San Pedro, La Paz, en un contexto de creciente descontento por las políticas económicas y sociales del Gobierno. La crisis de combustibles y el alza de la canasta familiar han exacerbado las tensiones, generando protestas en varios sectores, incluidos los transportistas y trabajadores de la salud.

Por ejemplo, los choferes de El Alto han anunciado un paro de 48 horas por la falta de combustible, mientras que los trabajadores de la Maternidad Percy Boland mantienen una huelga indefinida hasta que se atiendan sus demandas laborales.

Reacciones y medidas de seguridad

Ante la llegada de los Ponchos Rojos a la plaza Murillo, la Policía activó un operativo para resguardar los accesos al área, donde se encuentran los órganos Legislativo y Ejecutivo. “Tenemos gasolina, tenemos garrafas, pero los bloqueos generan bastantes problemas”, declaró un representante de YPFB, la empresa estatal de hidrocarburos, en referencia a las protestas que han afectado la distribución de combustibles.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), respondió a las críticas del exvicepresidente Álvaro García Linera, señalando que “seguimos trabajando, mientras otros solo dan cátedra de cómo dejar al país sin futuro”.

Un país en busca de soluciones

La crisis actual no solo refleja problemas económicos, sino también una profunda división política. Los Ponchos Rojos, históricamente vinculados a movimientos campesinos y sindicales, representan un sector clave en la política boliviana. Su movilización pone en evidencia la insatisfacción de amplios sectores de la población con las políticas actuales y la necesidad de un diálogo que permita superar la polarización.

Mientras tanto, el Gobierno enfrenta el desafío de atender las demandas sin ceder a presiones que puedan desestabilizar aún más la situación. El plazo de 72 horas dado por los manifestantes marca un punto crítico en esta tensa relación entre el poder y la sociedad civil.

La marcha de los Ponchos Rojos y su cerco a la plaza Murillo son un reflejo de la crisis multifacética que atraviesa Bolivia, donde la falta de combustibles, el alza de precios y el descontento social se entrelazan en un escenario complejo. En los próximos días, las respuestas del Gobierno y la evolución de las protestas marcarán el rumbo de un país en busca de soluciones.