Banco Central de Bolivia garantiza pago de deuda externa pese a escasez de dólares
El BCB asegura cumplir con obligaciones aunque reservas no se especifican. El presidente Edwin Rojas desestima la calificación CCC- de S&P mientras el Gobierno busca aprobar créditos en la Asamblea Legislativa para evitar default. La deuda externa total asciende a $us 13.773 millones.
«El Estado buscará mecanismos para pagar»
El presidente del BCB, Edwin Rojas, afirmó que se usarán fondos del presupuesto 2026 para cubrir la deuda, pese al «bloqueo legislativo» desde 2023. «Hemos cumplido sin dificultad en gestiones anteriores», declaró, aunque el presidente Luis Arce admitió en France 24 la complicada situación fiscal: «¿Pero si no tenemos los recursos?».
Reservas en ascenso, pero sin cifras
Rojas señaló que las reservas internacionales muestran «tendencia positiva», pero evitó dar datos concretos por su fluctuación. Criticó la rebaja de S&P a CCC- como «poco objetiva», alegando que las calificadoras «no conocen la realidad económica» del país.
Créditos pendientes y doble discurso
En la Asamblea Legislativa hay 14 créditos por $us 1.115 millones sin aprobar. El diputado opositor José Luis Porcel denunció que el oficialismo no agenda su tratamiento pese a acusar «bloqueo». El ministro Marcelo Montenegro exigió $us 800 millones para cubrir pagos este año.
Flujo negativo y acreedores clave
Según datos oficiales, los pagos superan a los desembolsos: en 2025, por cada $us 466 millones recibidos, se pagaron $us 585 millones. Bolivia debe $us 11.923 millones a organismos como el BID y $us 1.850 millones en bonos. China es el principal acreedor bilateral.
Entre la deuda y la asfixia fiscal
Bolivia acumula una deuda externa de $us 13.773 millones, con pagos crecientes desde 2023. Aunque el BCB insiste en su capacidad de pago, el Gobierno depende de créditos no aprobados y enfrenta un déficit de liquidez en dólares.
El desafío de cumplir sin margen
La viabilidad de pagar la deuda dependerá de la aprobación de nuevos créditos y la evolución de las reservas. Mientras el Ejecutivo y Legislativo se culpan mutuamente, los indicadores muestran una presión financiera sin alivio inmediato.