Ponchos Rojos exigen soluciones al Gobierno y amenazan con más medidas de presión
Los Ponchos Rojos, agrupación campesina de la Federación Tupac Katari, entregaron este viernes un pliego petitorio al Gobierno central en la plaza Murillo, en La Paz, exigiendo soluciones urgentes al desabastecimiento de combustibles, austeridad en el gasto público y la renuncia de ministros. Tras un tenso enfrentamiento con la policía, los manifestantes se retiraron del lugar, pero advirtieron que, de no recibir respuestas en 72 horas, intensificarán sus protestas.
Un cerco de demandas en el corazón de La Paz
Cerca de las 14:00 horas, los Ponchos Rojos llegaron a pocos metros de la plaza Murillo, el epicentro político de Bolivia. Con pancartas y consignas, exigieron ingresar para entregar su pliego de demandas, que incluye la solución al desabastecimiento de combustibles, la reducción de salarios de funcionarios públicos y la destitución de ministros. “Pedimos la reducción de salarios al 50% de los funcionarios que ganan entre Bs 10.000 y Bs 60.000”, señaló uno de los dirigentes.
El ambiente se tensó cuando un contingente policial intentó impedir el paso de los manifestantes. Sin embargo, tras negociaciones, lograron entregar sus exigencias y se retiraron del lugar. “Dan un plazo de 72 horas para que resuelva esta situación, de lo contrario advierten con más medidas de presión”, informó un dirigente.
Desabastecimiento de combustibles: el detonante de la crisis
El desabastecimiento de combustibles ha sido uno de los principales reclamos de los Ponchos Rojos. En los últimos meses, las largas filas en las estaciones de servicio se han vuelto una imagen recurrente en varias ciudades del país. “Las filas ya parecen algo normal”, lamentó un conductor durante la protesta. Esta situación ha afectado no solo a los transportistas, sino también a la población en general, que enfrenta dificultades para movilizarse y acceder a productos básicos.
Además, los manifestantes expresaron su rechazo a los créditos que el Gobierno busca aprobar en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). “Es para llenar sus bolsillos y escapar al exterior”, afirmó uno de los líderes campesinos.
Reacciones y próximos pasos
Tras abandonar la plaza Murillo, los Ponchos Rojos se dirigieron a la plaza del Obelisco, donde realizaron un mitin para denunciar los problemas con el combustible y otras demandas sociales. “No nos quedaremos de brazos cruzados. Si no hay respuestas, volveremos con más fuerza”, advirtió un dirigente.
Por otro lado, los choferes de El Alto anunciaron un cuarto intermedio en su paro indefinido, pero aseguraron que retomarán las protestas “con más fuerza” a partir del lunes. Esta medida se suma a las tensiones que vive el país en medio de una crisis económica y social que parece no tener fin.
Contexto histórico: una lucha que se repite
Las movilizaciones de los Ponchos Rojos no son nuevas en Bolivia. Esta agrupación, conocida por su papel en la defensa de los derechos campesinos, ha sido protagonista de varias protestas en los últimos años. Su lucha se enmarca en un contexto de creciente descontento social frente a la gestión gubernamental, marcada por la crisis económica, la falta de transparencia y el desabastecimiento de productos básicos.
En 2019, los Ponchos Rojos fueron parte de las movilizaciones que llevaron a la renuncia del expresidente Evo Morales. Hoy, su presencia en las calles vuelve a poner en evidencia las tensiones políticas y sociales que atraviesa el país.
Fuentes y transparencia
La información de esta nota ha sido contrastada con fuentes oficiales, declaraciones de dirigentes de los Ponchos Rojos y reportes de medios locales como APG y Canal Rural Santa Cruz. Además, se ha verificado el contexto histórico y social a través de análisis de expertos en política boliviana.
Las próximas 72 horas serán cruciales para el Gobierno, que enfrenta una presión creciente por parte de los Ponchos Rojos y otros sectores sociales. Si no se atienden las demandas, las calles de Bolivia podrían volver a ser escenario de protestas masivas, en un contexto ya marcado por la crisis económica y el descontento popular.