Periodistas migran a Substack pese a fatiga de suscripciones
50 creadores superan el millón de dólares anuales en la plataforma, según su CEO. Aunque atrae a figuras mediáticas descontentas con medios tradicionales, analistas cuestionan su escalabilidad y valoración como empresa tecnológica.
«Libertad editorial, pero con techo»
Substack se promociona como refugio para periodistas que buscan independencia y remuneración directa. Tras su despido de ABC News, Terry Moran se unió a la plataforma, sumándose a excolumnistas de The Washington Post, MSNBC y otros medios. «Sin editores que censuren o jefes que despidan», resume el modelo.
Éxitos limitados
Casos como el de Casey Newton (Platformer) demuestran que algunos logran sustituir ingresos, incluso comprando viviendas en zonas caras. Sin embargo, Newton y otros éxitos migraron a alternativas como Ghost o Beehiiv, criticando la comisión del 10% de Substack y su moderación de contenido.
La otra cara: saturación y fatiga
Analistas como Dylan Byers señalan que la mayoría de los contenidos son «aburridos, amateur o descabellados». Ana Marie Cox compara la plataforma con «un lanzamiento de SpaceX: espectacular, pero inestable». El principal obstáculo: los usuarios resisten pagar por voces individuales cuando medios tradicionales ofrecen paquetes más completos.
Barrera económica
Suscripciones entre 5-10 dólares mensuales excluyen a audiencias menos solventes. Un ejemplo: el exarticulista de The Atlantic Derek Thompson cobra 80 dólares anuales, casi igual que la suscripción digital completa a su antiguo medio. «Es un modelo no egalitario», admiten críticos.
De periodismo a «app cultural»
Substack intenta diversificarse hacia podcasts y vídeos, compitiendo con TikTok y Meta. Su página web ya prioriza «cultura, no solo periodismo», un giro respecto a su origen en 2017 como alternativa a medios tradicionales.
¿Sobrevivirán los Terry Moran?
El modelo beneficia a figuras establecidas con audiencias fieles, pero resulta inviable para nuevos creadores, especialmente tras el declive de Twitter como herramienta de promoción. La plataforma enfrenta el reto de mantener su crecimiento mientras la fatiga de suscripciones aumenta entre los usuarios.