Mercosur busca flexibilidad arancelaria ante crisis comercial global
El bloque ampliará excepciones al arancel común para adaptarse a la guerra comercial. La medida se debatirá en la cumbre del 2 y 3 de julio en Buenos Aires, donde Bolivia participará como miembro pleno. El objetivo es facilitar acuerdos bilaterales y avanzar en la ratificación del pacto con la UE.
«Un salvoconducto para navegar la tormenta global»
El Mercosur acordó ampliar temporalmente las Listas Nacionales de Excepciones (LNE), permitiendo a cada país agregar 50 productos con aranceles diferenciados. «Esto da flexibilidad para negociar reciprocidad con EE.UU. o protegerse de importaciones masivas», explica la analista Florencia Rubiolo. La resolución, a la que accedió EFE, busca adaptarse al impacto de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, sumado a la política arancelaria de Donald Trump.
Prioridades comerciales
El bloque acelerará negociaciones con la EFTA y Emiratos Árabes, pero el foco sigue en la UE. Aunque se alcanzó un acuerdo político en 2024, persisten resistencias en Europa por la competencia agroindustrial. «La UE podría usar este pacto para reafirmar el multilateralismo», señala Rubiolo.
Un bloque en aguas turbulentas
Fundado en 1991, el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia desde 2024) opera por consenso y mantiene un Arancel Externo Común (AEC) del 0% al 35%. La guerra comercial global y las tensiones geopolíticas han obligado al bloque a buscar mecanismos ágiles para proteger economías locales sin romper la unión aduanera.
¿Hacia una nueva etapa comercial?
La cumbre de julio definirá si la flexibilidad arancelaria se aprueba y cómo impactará en la capacidad de los países para firmar acuerdos bilaterales. Los analistas advierten que, aunque la medida es temporal, podría marcar un precedente en la integración regional frente a un escenario global inestable.