Republicanos retiran «impuesto de represalia» tras acuerdo global
El Tesoro asegura que los gravámenes no afectarán a empresas estadounidenses. La medida eliminaba un ingreso clave de 52.000 millones para el megaproyecto republicano. Bessent citó avances en negociaciones con la OCDE y el G20.
«Un giro inesperado en la política fiscal»
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que los impuestos centrales del acuerdo global «no se aplicarán a empresas estadounidenses», según su comunicado en X. Esto llevó a los republicanos a eliminar el polémico impuesto, diseñado para contrarrestar tasas «discriminatorias» de otros países contra firmas de EE.UU.
Presión empresarial
El sector empresarial había presionado para su eliminación, argumentando que desincentivaría inversiones extranjeras. Aunque no hubo consenso unánime, algunos legisladores habían considerado retrasar su implementación como solución temporal.
Impacto presupuestario
La retirada del impuesto abre un vacío de 52.000 millones en el presupuesto republicano, sumado a otros recortes rechazados por la parlamentaria del Senado. Los líderes del partido insistieron en que actuarán «inmediatamente» si otros países incumplen el acuerdo.
Trasfondo: una batalla internacional
El impuesto buscaba responder a tasas digitales aplicadas a gigantes tecnológicos y a un acuerdo fiscal multilateral impulsado por la administración Biden, rechazado por los republicanos. La OCDE y el G20 agrupan a más de 100 países en estas negociaciones.
Un acuerdo frágil con consecuencias políticas
La decisión complica la viabilidad del megaproyecto republicano, que combina políticas fiscales, energéticas y migratorias. La implementación del pacto global será clave para evitar nuevas tensiones.