UNODC detecta clanes familiares de narcotráfico en Bolivia que evaden controles
Los grupos operan con estructuras horizontales y priorizan el flujo de droga. El Informe Mundial sobre Drogas 2025 revela su adaptabilidad para eludir operativos. La incautación de cocaína en Bolivia se duplicó en 2024.
«Clanes que se reinventan para sobrevivir»
La UNODC identificó en Bolivia y Perú redes narcotraficantes basadas en lazos familiares, que limitan su membresía a allegados. «Son dinámicos: descentralizan sus operaciones y reemplazan conexiones cuando son amenazados», destaca el informe presentado este 26 de junio en Viena. Estas organizaciones evitan jerarquías fijas y control territorial directo.
Estrategias de evasión
Los clanes dividen tareas como transporte, almacenamiento y lavado de dinero para reducir riesgos. Según el OBSCD, Bolivia incautó 66.008 kilos de cocaína en 2024 (45.936 kilos de clorhidrato y 20.072 de base), el doble que en 2023. La UNODC atribuye el aumento a la flexibilidad operativa de estos grupos.
El negocio que no deja de crecer
Globalmente, la producción ilegal de cocaína subió un 34% en 2023 (3.708 toneladas), con incautaciones récord de 2.275 toneladas. Los consumidores pasaron de 17 a 25 millones en una década. Los traficantes exploran nuevos mercados en Asia y África, mientras la violencia asociada se extiende a Europa Occidental.
De los Andes al mundo
El narcotráfico mueve más dinero que el PIB de muchos países, según la UNODC. Bolivia y Perú, tradicionales productores de cocaína, ahora albergan estructuras criminales más difíciles de rastrear, con clanes que operan localmente pero conectados a redes globales.
Un desafío en constante mutación
El informe subraya que la adaptabilidad de estos grupos obliga a actualizar las estrategias de control. El ciudadano boliviano enfrenta un escenario donde el narcotráfico, pese a los operativos, mantiene su capacidad de operar mediante estructuras cambiantes y descentralizadas.