S&P rebaja calificación de Bolivia y advierte riesgo de pago de deuda
La agencia S&P Global degradó la calificación crediticia del país a ‘CCC-‘. El Gobierno insiste en que no habrá impago y asegura esfuerzos para cumplir obligaciones. La medida refleja preocupación por el acceso limitado a financiación y presiones políticas.
«La deuda boliviana entra en zona de alto riesgo»
La calificadora Standard & Poor’s (S&P) rebajó este 26 de junio la nota de Bolivia de ‘CCC+’ a ‘CCC-‘, señalando que el país enfrenta dificultades para pagar su deuda en los próximos 6 a 12 meses. Según el informe, los elevados vencimientos de deuda comercial desde 2026 y la falta de acceso a mercados internacionales agravan la situación. «Las disputas políticas en año electoral limitan la capacidad de corregir desequilibrios», añade S&P.
Respuesta oficial: negativa al default
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, rechazó que exista riesgo de impago: «Bolivia cumple puntualmente con el servicio de la deuda externa». Admitió, sin embargo, que la «ingobernabilidad política» afecta la economía y urgió a la Asamblea a aprobar créditos. «Necesitamos 2.600 millones de dólares para equilibrar la balanza de pagos», declaró.
Elecciones y economía: un cóctel peligroso
S&P vincula el deterioro crediticio al contexto político polarizado, que dificulta reformas ante la brecha cambiaria y la inflación. El Gobierno atribuye la rebaja a esta misma inestabilidad, pero insiste en que los pagos se mantendrán. La calificadora prevé que las tensiones se agudicen en el corto plazo.
Bolivia, entre la deuda y la incertidumbre
El país acumula desafíos desde 2020: reservas internacionales en descenso, dependencia de créditos externos y un tipo de cambio paralelo en alza. La última rebaja de S&P (en 2024 fue a ‘CCC+’) refleja la persistencia de estos problemas estructurales, ahora agravados por el ciclo electoral.
El futuro depende de la liquidez
La capacidad de Bolivia para evitar un default está sujeta a la obtención de financiamiento urgente y a la estabilidad política. Mientras el Gobierno asegura controlar la situación, S&P alerta sobre un margen de maniobra cada vez más reducido.