Encuesta electoral en Bolivia refleja fragmentación política
Samuel Doria Medina lidera con 24% en intención de voto. La primera encuesta para las elecciones del 17 de agosto muestra un declive del MAS, que suma solo 20% de apoyo. El politólogo Manuel Suárez señala el fin de la hegemonía del partido tras 20 años.
«El MAS pierde su dominio electoral»
Los candidatos opositores acumulan 61% de las preferencias, según El Deber. Samuel Doria Medina (24%) y Jorge Quiroga (22%) encabezan la carrera, seguidos por Andrónico Rodríguez (14,7%). El resto de aspirantes no supera el 10%, incluidos los representantes del MAS, como Eduardo del Castillo, con menos del 3%.
Un cambio histórico
Suárez destaca que el MAS ya no logra superar el 50-60% de apoyo, como en su época de hegemonía. «De aquí en adelante no habrá un dominio absoluto», afirma. La pérdida de consenso se atribuye a desgaste, falta de renovación discursiva y crisis económica.
Hegemonía: más que votos
El análisis va más allá de los resultados electorales. La hegemonía implica consenso, confianza y capacidad de articulación política. Según el autor, el MAS perdió estos factores progresivamente, especialmente desde las protestas de 2019, cuando decayó su apoyo en áreas urbanas y su control sobre fuerzas de seguridad.
Variables clave
La «atrofia hegemónica» del MAS se explica por: falta de relevo generacional, descomposición moral de su dirigencia y pérdida de conexión con bases rurales y urbanas. Además, ya no logra movilizar a sus sectores sociales clave ni implementar políticas efectivas.
De Evo Morales al declive
El MAS dominó la política boliviana por dos décadas, pero su crisis empezó en 2019 con la renuncia de Morales. La desconexión con la clase media urbana y el fracaso en renovar su proyecto político aceleraron su decadencia. Ahora, la oposición capitaliza este vacío.
Un nuevo capítulo político
La encuesta confirma que Bolivia vive una transición hacia un escenario multipolar. Aunque el MAS sigue siendo actor relevante, su capacidad para imponer una agenda nacional se ha debilitado. Las elecciones de agosto definirán si surge un nuevo bloque hegemónico o se consolida la fragmentación.