Trump ignora llamados de Reino Unido y bombardea sitios nucleares en Irán
EEUU atacó tres instalaciones nucleares iraníes pese a las gestiones diplomáticas británicas. El primer ministro Keir Starmer intentó sin éxito moderar la postura de Trump. Los ataques ocurrieron el 24 de junio, horas después de que el Reino Unido descartara una escalada militar.
«Una relación de amigos que no alcanzó»
Starmer había cultivado una relación cercana con Trump, quien lo llamó «amigo» durante la cumbre del G7 en Canadá. El Reino Unido logró avances en comercio y mediación en Ucrania, pero no influyó en la decisión sobre Irán. «Depende del capricho de Trump, y la influencia de todos es limitada», admitió un exasesor británico.
Diplomacia rebotada
El canciller David Lammy aseguró el viernes que Trump prefería un acuerdo con Irán, pero las bombas cayeron horas después. Expertos como Sanam Vakil de Chatham House señalaron que el grupo E3 (Reino Unido, Francia y Alemania) fue «marginado» en las negociaciones nucleares.
Defensa a medias
El gobierno británico insiste en que sigue siendo un «aliado cercano» de EE.UU., destacando que recibió aviso previo de los ataques. Sin embargo, Lammy evitó aclarar si apoyaba la acción militar, mientras el exministro conservador Grant Shapps tachó a Starmer de «impotente» en política exterior.
Entre puentes y sombras
El Reino Unido intentó mediar entre EE.UU., Europa e Irán tras el colapso del acuerdo nuclear de 2015. Trump desoyó los llamados a la desescalada, priorizando acciones militares unilaterales pese a la oposición aliada.
Un mensaje claro: las reglas cambiaron
Los ataques confirman que la influencia británica en Washington tiene límites claros. Aunque el Reino Unido mantiene diálogo con todas las partes, su capacidad para moldear decisiones críticas de EE.UU. sigue en entredicho.