Asamblea Legislativa boliviana enfrenta crisis por fragmentación y parálisis
La producción legislativa es la más baja desde 2009. El Parlamento Plurinacional pierde legitimidad ciudadana debido a divisiones internas en las tres bancadas principales. Analistas advierten sobre el colapso de su función fiscalizadora a cinco meses de finalizar su gestión.
«Una Asamblea dividida en decenas de bloques»
Las tres fuerzas políticas originales (MAS, Comunidad Ciudadana y Creemos) se fragmentaron en al menos diez facciones, según la diputada Krupskaya Oña. «El MAS tiene cuatro bloques, CC siete y Creemos un escenario similar», detalló. Los conflictos por liderazgos y candidaturas agudizan la parálisis.
Pérdida de legitimidad y función legislativa
Carlos Cordero, analista político, subraya que la desconfianza ciudadana surge de la ineficacia para aprobar leyes. Solo se sancionaron 284 normas en esta gestión, frente a 691 en el periodo 2015-2020. El 60% correspondió a transferencias de bienes, declaraciones o créditos, sin impacto directo en políticas públicas.
Diagnóstico de los expertos
El sociólogo Franco Gamboa atribuye la crisis a la «lógica ambigua» de la oposición y las facciones internas del oficialismo (evistas, arcistas, androniquistas). Cordero añade que los legisladores privilegian intereses personales sobre la lealtad partidaria, algo inédito en los últimos 20 años.
De mayorías a minorías enfrentadas
Desde 2020, las disputas por jefaturas de bancada y el apoyo a candidaturas externas convirtieron al Parlamento en un «campo de batalla». El Gobierno intenta negociar con líderes que ya no representan a sus bancadas completas, según Oña.
Legislaturas comparadas: números que hablan
El asambleísta Israel Alanoca documentó que entre 2010-2015 se aprobaron 653 leyes, cifra que bajó a 284 en la actual gestión (2020-2025). Solo 39 normas trataron créditos externos, vitales para la reactivación económica.
Reconstruir o repetir el error
Gamboa plantea que los próximos legisladores deben recuperar la legitimidad mediante consensos democráticos. La ciudadanía, según Cordero, percibe esta gestión como la más decepcionante en décadas por su incapacidad para fiscalizar y legislar.