Bolivia registra 2.4 millones de vehículos que dependen de carburantes subsidiados
El país gasta 56 millones de dólares semanales en importar combustible. Los precios locales son la mitad del valor internacional, pero la escasez de dólares limita el abastecimiento. YPFB planea reducir un 80% las importaciones con nuevas plantas y logística.
«Combustible a mitad de precio, pero con colas persistentes»
Bolivia tiene un parque automotor de 2.4 millones de vehículos que consumen diésel y gasolina a 0.53 dólares el litro, frente a los 1.20-1.24 dólares del mercado global. La diferencia la cubre el Estado, que en 2024 invirtió 3.349 millones de dólares en importaciones. Para 2025, el presupuesto semanal es de 56 millones, aunque la falta de divisas dificulta satisfacer la demanda.
La apuesta de YPFB
La estatal petrolera anunció que reducirá un 80% las importaciones de diésel con una nueva planta, ampliación del puerto de Arica y producción de biodiésel. Sin embargo, las filas en gasolineras siguen siendo frecuentes en gran parte del país.
Un subsidio que pesa en la economía
El modelo boliviano mantiene precios artificialmente bajos desde hace años, generando una brecha creciente entre costos locales e internacionales. La dependencia de importaciones (el 100% del diésel y 70% de la gasolina en 2024) tensiona las reservas fiscales.
Esperando que las soluciones lleguen a la bomba
La eficacia de las medidas de YPFB dependerá de su implementación en un escenario de restricciones financieras. Mientras, los conductores siguen enfrentando desabastecimiento pese al alto gasto público en subsidios.