Gobierno boliviano rechaza informe de la ONU sobre riesgo de hambruna
Ministros tachan de «exabrupto técnico» el informe de la FAO y el PMA. El Ejecutivo asegura que Bolivia no enfrenta escasez alimentaria y critica la metodología del estudio. La respuesta oficial incluye el envío de una carta a las agencias de Naciones Unidas.
«Los bolivianos jamás nos moriremos de hambre»
El ministro de Desarrollo Rural, Yamil Flores, calificó el informe como «un exabrupto técnico» y cuestionó las motivaciones de la FAO y el PMA: «Pone en evidencia deficiencias en su parte técnica o podría ser una estrategia para gestionar recursos». Aseguró que el país ha resuelto los problemas de combustible para la producción.
Argumentos del Ejecutivo
Sergio Cusicanqui, ministro de Planificación, rechazó «enfáticamente» las conclusiones del informe, que alertaban sobre el deterioro de la seguridad alimentaria por inflación y falta de divisas. Criticó que no se consideraran «la agricultura familiar ni los programas de fomento productivo».
Contenido del informe cuestionado
La FAO y el PMA proyectaban un agravamiento de la inseguridad alimentaria en Bolivia debido a «la alta inflación sostenida y la disminución de reservas de divisas». El documento no mencionaba explícitamente el término «hambruna», pero sí alertaba sobre riesgos agudos.
De la soja a los combustibles
El Gobierno insiste en que Bolivia es «productor de vocación», con capacidad para garantizar su abastecimiento. Flores destacó avances en producción pese a «las deficiencias por falta de dólares y bloqueos». Sin embargo, el informe de la ONU vinculaba precisamente esos factores económicos al riesgo alimentario.
Cartas sobre la mesa
El cierre del conflicto diplomático se gestionará por escrito: el Ejecutivo enviará documentación a la FAO y el PMA para rebatir sus conclusiones. La disputa surge en un contexto de tensiones por la gestión de recursos internacionales y la imagen del país.
Un país que se cree autosuficiente
Bolivia mantiene desde hace años una retórica de soberanía alimentaria basada en la pequeña agricultura y la exportación de commodities como la soja. Sin embargo, el informe de la ONU reflejaba preocupación por el acceso a alimentos en un escenario de crisis económica global y restricciones internas.
Palabras contra datos
La polémica enfrenta las garantías gubernamentales con las advertencias técnicas de organismos multilaterales. Mientras el Gobierno insiste en su capacidad productiva, la ciudadanía enfrenta precios elevados y escasez ocasional de productos básicos, según el informe cuestionado.