Confusión en La Paz: La toma militar del 26 de junio
El 26 de junio de 2024, la ciudad de La Paz vivió un evento que sigue generando incertidumbre: la toma militar de la Plaza Murillo. Este incidente involucró al excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, quien lideró a tropas militares en un intento de ingresar al Palacio de Gobierno. El gobierno de Luis Arce lo calificó como un \»intento de golpe de Estado\» mientras que Zúñiga lo describió como un \»autogolpe\».
La situación generó tensión y una confrontación directa entre militares y el gobierno, destacando el momento en que el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, intentó detener los vehículos militares por su cuenta.
Investigaciones en marcha
Actualmente hay dos investigaciones activas para esclarecer los hechos del 26 de junio. Por un lado, el Ministerio Público está llevando adelante una, mientras que la Comisión Especial de la Cámara de Senadores realiza la otra. Se han detenido al menos a 21 personas, entre ellas a Zúñiga, y se han desarrollado juicios abreviados para algunos implicados.
A pesar de estos esfuerzos, la falta de cooperación de algunos ministerios y viceministerios ha sido un obstáculo considerable, según el presidente de la Comisión, William Torres.
La politización de las Fuerzas Armadas
El incidenteno solo dejó confusión, sino que también exacerbó la percepción de la politización de las Fuerzas Armadas de Bolivia. Diferentes actores, como el analista de seguridad Samuel Montaño, han comentado sobre el uso político de las instituciones militares, señalando que esta manipulación no es única del actual gobierno, sino una práctica recurrente.
El militarismo en Bolivia se encuentra en una encrucijada entre la obediencia institucional y la subordinación política, algo que queda evidente con los eventos de junio. El caos en torno a estos eventos ha llevado a varios actores a denunciar el uso político del Ejército, argumentando que fueron \»utilizados irresponsablemente\» en un \»efecto circense\».
Opiniones diversas y el futuro del MAS
La captura y liberación de varios militares han mostrado un panorama complejo en las dinámicas políticas del país. Alejandro Reyes, diputado de Comunidad Ciudadana, mencionó que la toma fue \»una intentona de fraude\» y montaje por parte del gobierno de Luis Arce. Las divisiones dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) también han emergido a raíz de estos eventos, con facciones internas acusando al gobierno de orquestar un \»autogolpe\».
El ambiente está marcado por la desconfianza tanto a nivel nacional como internacional, y, pese al paso de los meses, la verdad detrás de la toma del 26 de junio sigue sin esclarecerse en su totalidad.